Generalidades
La Hepatozoonosis canina es producida por el Hepatozoon canis, un parásito unicelular (protozoario) que se transmite por garrapatas, generalmente la garrapata marrón del perro, Rhipicephalus sanguineus.
Debido al largo intervalo de tiempo entre la infestación y el desarrollo de la enfermedad, esta patología no sólo se observa durante la temporada (verano) de garrapatas, sino durante todo el año.
Síntomas y signos
La mayoría de las infecciones por H. canis no causan una patología importante. Sin embargo, puede causar trastornos graves en animales con enfermedades subyacentes como ehrlichiosis y babesiosis , o en animales con sistemas inmunológicos debilitados.
Los signos incluyen fiebre, pérdida de peso, pérdida de apetito, secreción nasal y debilidad de las extremidades posteriores.
También se puede observar una anemia leve y diarrea con sangre. A medida que avanza la enfermedad, a menudo se observan cojera, dolores musculares intensos e incapacidad para levantarse.
Estos signos pueden aparecer de forma intermitente durante años. Para comprender mejor cómo H. canis causa estos sintomatología, debemos entender el ciclo biológico del parásito.
Ciclo Biológico
Cuando un perro ingiere una garrapata infectada, el Hepatozoon canis se libera y migra a través del intestino hasta el hígado , bazo, ganglios linfáticos , corazón y músculos.
Dentro de estos órganos, el parásito se reproduce dividiéndose, luego el parásito migra hacia otras células para continuar el proceso de maduración y ruptura (lisis) celular.
El daño causado por la lisis de estas células provoca intenso algia (dolor) muscular. Con el tiempo, las formas más maduras ingresan a determinados glóbulos blancos o leucocitos (neutrófilos y monocitos) .
Cuando una garrapata pica al perro, ingiere los leucocitos infestados con H. canis que se reproduce en la garrapata y, cuando ésta es ingerida, infestará a otro perro.
H. canis no se concentra en las glándulas salivales de la garrapata, por lo que NO se transmite por la picadura de la garrapata, solo al ingerirla por el rascado bucal o el aseo del pelaje.
Diagnóstico
El diagnóstico de infección por H. canis se realiza por examen microscópico de la sangre y observando al parásito, en los leucocitos llamados neutrófilos.
Un gran aumento en el número de este tipo de glóbulos blancos o leucocitos es un signo característico de esta enfermedad.
Encontrar el parásito en una biopsia muscular es un método muy fiable para diagnosticar esta patología.
En algunos perros gravemente afectados, puede existir inflamación en la unión osteomuscular.
Estos cambios óseos se pueden observar en radiografías (rayos X).
Tratamiento
No existe un tratamiento o vacuna eficaz para esta enfermedad. Ciertos medicamentos, como el imidocarb en combinación con otras drogas a veces han logrado reducir la cantidad de microorganismos en un animal.
Con la prescripción de medicación sintomática, como la aspirina, en algunos casos existirá una mejoría, pero no se curarán.
Prevención
El control de las garrapatas será el indicado para prevenir la propagación de este parásito. Sería importante utilizar medicamentos preventivo de garrapatas como pipetas o comprimidos, ya que las garrapatas que son ingeridas por el perro se manifiesta con mayor frecuencia mientras se asea o se rasca con la boca.
Fuente Imagen: sedici.unlp.edu.ar