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Historia y mitos

El gato y la comunicación

El lenguaje corporal de los gatos es absolutamente magnífico, y basta observarlos detenidamente para conocer sus emociones.

Aunque el gato no es, en general, un animal que se destaque por su sociabilidad, son muchos los recursos que utiliza para comunicarse con sus congéneres y con sus dueños. Su rostro, los sonidos que emite e incluso sus olores tienen, en efecto, mas "mensaje" de lo que pudiera parecer.

No hay dos gatos iguales. Cada cual tiene su propia personalidad, y si somos capaces de conocerla bien, resultará mas fácil interpretar sus interesantísimo código de comunicación.

Hay gatos nerviosos y hay gatos seguros y confiados. Los primeros suelen ser tímidos e introvertidos. Los segundos son activos y juguetones. También existen ejemplares agresivos, aunque normalmente se muestran así para disimular su carácter asustadizo.

En la forma de ser de un gato influyen dos grandes factores: los congénitos y los educacionales. Y aunque los primeros son muy significativos, no cabe duda de que la forma de criarle resulta mas decisiva para entender la personalidad que acabe teniendo de adulto.

De ahí la importancia de ofrecer al gato desde su primera semana de vida todo tipo de mimos y caricias, tanto de los dueños como de otros gatos, para crear en ellos un sentimiento de confianza para su desarrollo futuro.

Pero; ¿como saber si un gato se encuentra a gusto o tiene algún temor? ¿Se pueden reconocer los rasgos de su personalidad a través de su peculiar lenguaje?. No es tan dificil, basta con mirarle el rostro, escuchándole con atención y descubriendo sus costumbres.

Por la cara

El rostro de un gato no es muy dado a las señales ni a los gestos. Todo su poder de comunicación se concentra en las numerosas posiciones que son capaces de adquirir sus orejas y sus ojos.

Las orejas de los gatos son de una enorme movilidad gracias a los mas de 20 músculos de que están dotadas. El significado de las diversas posiciones de las orejas es muy rico. Si las inclina hacia adelante; puede estar denotando relajación, aunque puede estrar explorando el territorio. Unas orejas hacia abajo indicarán agresividad, mientras las plegadas hacia atrás suponen, agresión y/o temor.

Los ojos son también muy expresivos. Un estado de felicidad y placer coincide siempre con una mirada entrecerrada. Todo lo contrario sucede cuando siente miedo; las pupilas se dilatan ostensiblemente. Con un poco de atención a los ojos y orejas (así como bigotes o a la boca), es relativamente sencillo averiguar si el gato esta contento (ojos casi cerrados, y orejas hacia adelante), pendiente de su dueño (ojos muy abiertos y orejas hacia adelante), asustado (orejas recogidas hacia atrás), curioso (pupilas dilatadas y orejas hacia adelante), irritado (orejas hacia atras, pupilas contraídas y bigotes hacia adelante), o agresivo (pupilas dilatadas, y la boca abierta para enseñar los dientes)

Autor: Dr. Alejandro Garcia

Veterinaria Tacuarí