Una raza que ha probado ser más controversial que la mutaciones Rex y aquellas que producen orejas dobladas y rizadas son las del Esfinge sin pelo.
Sus entusiastas criadores se han enfrentado con la oposición de quienes lo encuentran estéticamente desagradable o que consideran incorrecta la cría de un animal que opinan, se encuentra en desventaja por la falta de pelaje aislante. Los gatos Esfinge no tienen aislamiento que los proteja del frío o calor.
Se los encontrará en consecuencia acurrucados cerca de un calefactor
Una mutación que produce falta de pelo ha aparecido en otras ocasiones.
Nativos de américa presentaron una pareja de Albuquerque, Nuevo México en 1902, un par de gatos sin pelos afirmando que eran los últimos sobrevivientes de una raza azteca. El Esfinge moderno, sin embargo, desciende de un gato nacido en Ontario, Canadá, en 1966. Tiene una apariencia insólita de tipo extranjero aunque no de la familia oriental, y con una cabeza algo parecida a la de un duendecillo. Con frecuencia tiene un vello suave y casi invisible sobre el cuerpo, pero la falta de pelaje normal significa que ni puede tolerar extremos de temperatura y debe ser guardado en alrededores suficientemente tibios. A menudo se sienta con sus patas traseras juntas para evitar que su cuerpo toque el suelo. El cuerpo se siente caliente y pegajoso al tacto.
Cuerpo: Grande, fuerte y muscular con un pecho semejante a un barril y un cuello largo y fino, la cola larga y más estrecha hacia la punta; las patas largas y delgadas con delicadas zarpas ovaladas.
Cabeza: Ligeramente más larga que ancha, con un espacio para los bigotes y un cambio de ángulo en el contorno; orejas grandes.
Ojos: Grandes y redondos, las esquinas exteriores un poco más arriba que las interiores.
Pelaje: Con ausencia de pelo; hay una cubierta de vello suave que se percibe sólo en las orejas, hocico, cola y los testículos del macho. La piel debe estar tersa y sin pliegues, excepto en la cabeza.
Color: Se acepta cualquier color.