Este simpático perro de origen americano, abandonado definitivamente de los terrenos de caza, se ha convertido en un excelente perro de compañía. De aspecto simpático y agradable, tiene un carácter muy afectuoso y fiel que lo llevan a unirse -de manera enfermiza a la familia del amo, pero desconfiando de los extraños. Pocos son los apasionados que todavía lo emplean como perro de búsqueda, en la cual demuestra una gran pasión y temperamento y una resistencia verdaderamente insospechada.
Ha sido partiendo del Cocker spaniel inglés que los americanos, hacia la segunda mitad del siglo XIX, comenzaron a "construir" este simpático perro. La selección se condujo en dos direcciones: la fijación de las características de tipicidad – que en esta raza son muy marcadas en la cabeza, en el tronco y, además, en el andar- y la selección de las capas. El perro que se obtuvo como resultado logró un rápido éxito, difundiéndose primeramente por todos los Estados Unidos y después en Europa y en Australia.
En la actualidad, el Cocker americano es una raza extendida por muchos países y continúa despertando el interés y la simpatía en las exposiciones caninas. Su alegría, su carácter jovial y juguetón y su aspecto característico y de cierto modo "aristocrático", lo han convertido en un perro casi exclusivamente de lujo y de compañía. A ello ha contribuido de manera determinante, también, la selección llevada a cabo exclusivamente sobre su morfología, en menoscabo de sus notables cualidades venatorias, para satisfacer las exigencias de las personas solas, que tienen necesidad de la compañía de un perro (y en los Estados Unidos de América son aún muy numerosas), más que las de los cazadores.
El aspecto general es el de un perro agradable y elegante, lo que se pone aún más en evidencia por su andar desenvuelto y ágil. Muy importante es el tamaño que, en conjunto, no debe superar el máximo permitido por el estándar (machos, 39,7 cm.; hembras, 36,8 cm.), bajo pena de descalificación del ejemplar. La cabeza, muy modelada, tiene el hocico ancho y profundo, con una dentadura robusta que se cierra a tijera. Los labios dan al hocico la necesaria cuadratura. El cráneo es redondeado, y las orejas -sin lugar a dudas la característica más vistosa de esta raza, y que ha influido más que ninguna otra en que se siga manteniendo como raza de compañía- son de buena inserción, muy largas y adornadas con unos flecos ondulados. Los ojos son redondos, con el iris de color que concuerda con el de la capa y con una expresión vivaz, atenta y franca. El tronco tiene el dorso fuerte que desciende de la cruz a la unión de la cola, con una línea oblicua, y cuya longitud debe ser lo más cercana posible a la alzada a la cruz. La caja torácica es amplia, caída y profunda. Las extremidades inferiores están perfectamente aplomadas, con osamenta robusta y buena musculatura. Los pies son redondos, bien compactos, con almohadillas plantares muy duras. La cola debe agitarse cuando el perro se mueve.
Alzada a la cruz. Ideal, machos, 37,6 cm.; hembras, 35 cm.
Cabeza. Hocico y cráneo de igual longitud. Trufa negra o marrón oscuro, con fosas nasales bien desarrolladas. Labio superior que cubre la mandíbula inferior. Hocico ancho y profundo, con mandíbulas cuadradas y regulares. Cráneo redondeado. Surco central marcado.
Ojos. Ni encajados ni salientes, de color avellana-oscuro o marrón, según la tonalidad de la capa.
Orejas. De nacimiento sobre la línea de los ojos, largas hasta la trufa, revestidas de pelo sedoso.
Cuello. Bastante largo, musculoso, ligeramente arqueado, sin papada.
Extremidades anteriores. Rectas, con fuerte osamenta. Hombros fuertes, inclinados pero no excesivamente. Codos bien caídos. Metacarpos cortos y fuertes.
Cuerpo. Distancia entre la cruz y el nacimiento de la cola, casi igual a la alzada a la cruz. Tórax profundo hasta los codos. Costillas fuertes y bien abarriladas. Dorso regularmente oblicuo desde la cruz a la base de la cola.
Extremidades posteriores. Con osamenta y musculatura fuertes. Muslos potentes, corvejones fuertes, bien inclinados y paralelos.
Pies. Compactos y redondos, con pulpejos fuertes y coriáceos y pelos entre los dedos.
Cola. De nacimiento en la línea del perfil dorsal.
Pelaje. Plano o ligeramente ondulado, de textura sedosa, corto sobre la cabeza y de longitud media sobre el resto del cuerpo, con abundante subpelo. Flecos en las orejas, en el tórax, el abdomen y en la parte posterior de las extremidades. Color: negro, negro con manchas fuego, rojo, color castaño, color gamuza, crema, siempre unicolor.
ALIMENTACION. Las necesidades alimenticias como ración de mantenimiento, están comprendidas entre las 770 y las 870 Kcal. diarias para el ejemplar adulto. Un exceso alimenticio en los ejemplares inactivos o poco estimulados a realizar ejercicio, puede fácilmente provocar la obesidad que, a su vez, tiene como consecuencia una mayor predisposición a graves trastornos, como las artritis, reumatismo, las hernias de los discos vertebrales, las dificultades respiratorias, etc.
CUIDADOS DIARIOS. El estado de salud del perro depende, en gran parte, del propietario, que debe respetar las normas de una equilibrada alimentación, garantizarle buenas condiciones ambientales y controles periódicos de las heces y el estado de salud de la piel y de la capa, no olvidando las vacunaciones anuales.
ENFERMEDADES. Se ha descrito en el Cocker americano, como en otras razas de perros, la aparición de una opacidad del cristalino (catarata) de probable origen hereditario. Tal opacidad reduce notablemente la capacidad visual del animal.