Portada » Curso del GECAF: La prevención de los trastornos del comportamiento
Etología

Curso del GECAF: La prevención de los trastornos del comportamiento

Existen numerosas afecciones comportamentales que presentan en sus diversos síntomas comportamientos de agresión, de miedo, de ansiedad, de estereotipias… Estos diferentes trastornos del comportamiento pueden tener su nacimiento en las diversas etapas del desarrollo comportamental del perro, es decir de su desarrollo in útero hasta su inserción jerárquica en su familia adoptiva.

Sin embargo otras fuentes de comportamientos patológicos en relación con nuestra práctica diaria de la medicina veterinaria son susceptibles de ser encontradas. En efecto, algunos dolores en el animal, así como diversas moléculas comúnmente empleadas durante el ejercicio profesional pueden desencadenar comportamientos agresivos.

El papel del clínico en materia de prevención de los trastornos del comportamiento se posiciona a varios niveles en la vida del animal: antes del nacimiento del cachorro, en períodos neonatales, de transición y de socialización, es decir en primer lugar con el criador o el propietario de la camada y con su nuevo propietario.

Por esta razón hemos escogido presentar este expuesto en función de la acción del clínico con el criador y después con el propietario tomando en cuenta el desarrollo comportamental del animal. Una pequeña parte será dedicada a la gestión del dolor así como a la aproximación del perro por el clínico durante la consulta para la prevención de algunos comportamientos indeseables.

En nuestro ejercicio diario, somos muy a menudo solicitados por nuestros clientes para saber si una raza de perros es más mala que otra o más miedosa que otra. Sin embargo, nos encontramos con frecuencia frente a una pared debido a las creencias de los criadores y los clubes de Razas, sin hablar de algunas lecturas, que perenizan numerosas fábulas  de las cuales podemos citar algunos ejemplos para botanearse: el perro pastor alemán en general es un perro que muerde los tobillos ya que reúne al hato, un perro que ha mordido volverá a morder ya que ha adquirido placer por la sangre… Parece entonces importante volver a poner orden en relación a estas diversas creencias y no pegar una etiqueta "gentil" sobre tal raza canina o una etiqueta "mala" sobre tal otra, pero recordemos simplemente que algunas razas parecen más predispuestas que otras a presentar trastornos del comportamiento. En efecto, los individuos que pertenecen a razas con predisposición distímica tienen más probabilidad de ser agresivos que otros: recordemos algunos ejemplos como el Cocker o el Bull Terrier. Sucede igual con las razas de perro seleccionadas sobre un carácter dado como la impulsividad en el Pastor Belga o sobre la agresividad en el Pit Bull.

PREVENCION DE LA AGRESIVIDAD CON EL CRIADOR

Es importante recordar que gran parte de la patología comportamental con predisposición racial no es dependiente de la genética pero de condiciones de crianza. Por esta razón, el conocimiento del desarrollo comportamental nos impone algunas condiciones de crianza con el objeto de evitar la aparición de trastornos comportamentales cuyo origen se encuentra antes incluso del nacimiento del perro o que se inician durante su estancia en el criadero. Se trata principalmente de afecciones que resultan de trastornos de la homeostasia sensorial, de defecto de adquisición de auto-controles y de trastornos del desarrollo de conductas sociales. Estas afecciones comportamentales al nacer muy temprano en la vida del animal se revelan extremadamente discapacitantes para la vida futura del animal (¡ así como la de sus amos!).

Recordatorio de diferentes entidades nosológicas que nacen durante la pequeña infancia

Los trastornos de la homeostasia sensorial reúne a dos principales entidades clínicas; el síndrome HS-HA y el síndrome de privación. Los perros que padecen estas afecciones no potencialmente son grandes agresivos pero pueden presentar actitudes consideradas como agresiones. Para el síndrome HA-HA, las mordidas infligidas durante el juego pueden ser graves ya que la mordida inhibida no está adquirida; igualmente, en el síndrome de privación esencialmente al estadío 1 en ocasiones estadío 2 las crisis de pánico pueden engendrar agresiones por miedo.

En lo que concierne a los trastornos del desarrollo de las conductas sociales retendremos la Dissocialización primaria, afección muy común que produce grandes agresivos y la depresión de desapego precoz.

Algunos trastornos de ansiedad de la infancia, como las estereotipias obligadas, podrán evolucionar hacia un estado de ansiedad ver depresivo.

El importante número de afecciones comportamentales que presentan un carácter discapacitante para la vida en comunidad nos hace presentir el papel esencial que el clínico puede llegar a jugar en el seno de un criadero como consejero sobre el buen desarrollo de las gestaciones, parto y cría de los cachorros.

Acciones del clínico con el criador

Evaluación del estado comportamental de la perra en la reproducción

Diversas experiencias han mostrado que algunos estímulos sensoriales eran percibidos por los embriones y podían inducir diversas características reaccionales y en particular emocionales. Existe así sin duda intercambios de información entre la madre y los fetos y en particular una resonancia a los efectos de estrés.

No se aconseja en consecuencia validar a una perra hacia la reproducción cuando presenta trastornos comportamentales susceptibles de inducir un estado de estrés en los fetos o una incapacidad para criar correctamente a sus cachorros. Se prefiere así eliminar de la reproducción a los individuos más agresivos o los más miedosos.

El veterinario consejero de la crianza no tiene solamente un papel sanitario y deberá ser capaz en consecuencia de evaluar la aptitud de la camada para la reproducción.

De manera general, no haremos criar a una madre incapaz de apegarse a sus pequeños o de educarlos correctamente (síndrome de privación, impronta heteroespecífica, HSHA).

En caso de constatación de una deficiencia de la madre, trataremos de compensarla por una manipulación adaptada de los cachorros.

Ref. La tabla con las señales de llamada

Hay que remarcar el gran paso hacia adelante realizado por la Sociedad Central Canina desde hace algún tiempo: ha introducido caracteres no comportamentales en sus criterios de no confirmación:. Los términos ("temerosos", "malo", "carácter falto de equilibrio") atestiguan una apreciación somera del comportamiento canino. Todavez se trata de un procedimiento interesante ya que hasta entonces se seleccionaba únicamente sobre criterios estéticos. Esto concierne a las razas: San Bernardo, Sloughi, Bruno del Jura, Dalmata, Lebreles, Shetland, Beuaceron, Griffon, Nivernais, Rotweiller, Bullmastiff, Cavalier King Charles y las razas nórdicas.

Evitar los trastornos de la homeostasia sensorial

1. Conducta de la gestación

Experimentos llevados a cabo en medicina humana y en medicina veterinaria (en particular por nuestro colega Patrick Pageat) han probado que existía una competencia táctil precoz en los embriones con efecto costumbre. Parece lógico en consecuencia pensar que esta costumbre táctil pueda permitir reducir los futuros umbrales  de sensibilidad táctil.

Así, la manipulación de las hembras gestantes, en particular el hecho de acariciar el abdomen provocando ligera presión, regularmente y a todo lo largo del desarrollo de la gestación, es de aconsejar con el objeto de aumentar la tolerancia futura de los cachorros a las manipulaciones.

También, el medio ambiente de la futura madre debe en la medida de lo posible ser estable; será bueno evitar cualquier situación susceptible de engendrar un estado de estrés emocional demasiado importante que repercutiría negativamente sobre el desarrollo comportamental del feto, por intermedio de la ACTH.

 2. Necesidad de estímulos sensoriales durante el desarrollo

El desarrollo neurológico del cachorro esta bajo la influencia de dos factores principales: el crecimiento del sistema nervioso genéticamente programado por una parte y las interacciones con el medio ambiente por otra. Según la teoría de la estabilización selectiva de Changeux, la producción de conexiones inter-neuronales durante este período neonatal es muy importante, pero únicamente las que habrán sido estimuladas persistirán. En efecto, la futura neurona presináptica, al liberar el neurotransmisor emitido por el estímulo, induce la diferenciación de la meseta pos-sináptica y la aparición de enzimas del catabolismo. Esta sinapsis acaba siendo entonces funcional por efecto retroactivo.

Concretamente, se trata de proponer a los jóvenes cachorros un medio ambiente rico en estímulos diversos y variados y esto principalmente al iniciar el período sensible. Criar en el campo ofrece menos estímulos que los de la ciudad y el esfuerzo debe ser entonces más importante. No hay porque dudar en sugerir recrear un medio ambiente ruidoso (klaxon de carro, maquina de cortar césped, tractores…) como variado (personas distintas: adultos masculinos y femeninos, niños, personas de edad que alimentan y manipulan a los cachorros) con el objeto de que adquieran un estado de homeostasia sensorial. Todos los sentidos: la vista, el oído, el olfato, el tacto e incluso el gusto deben ser solicitados con regularidad y de una manera tan variada como posible.

3. Incitar a vacunar los cachorros muy tempranamente

Desde la sexta semana una primera vacuna es factible de realizar con los productos que disponemos actualmente, y permitirá a los criadores o futuros propietarios sacar a su cachorro muy pronto en diferentes y variados lugares, medios enriquecedores y particularmente en ciudad, sin el temor a algunas enfermedades.

Evitar los trastornos del desarrollo de conductas sociales

Dejar a la madre y los cachorros juntos lo más tarde posible.

La presencia de la madre y de otros cachorros durante los períodos de transición y de socialización permite la impronta que es de hecho un aprendizaje indeleble de la especie a la cual pertenecen. La ausencia de perro en el medio de desarrollo de este período, conlleva en la edad adulta entonces a perturbaciones de orden sexual y social.

El conocimiento del período de socialización del desarrollo comportamental permite entonces comprender la importancia de dejar a la madre con los cachorros (parece entonces indispensable tratar de eliminar los criaderos de cachorros en batería).

La madre posee además un papel modulador de los juegos sociales de los cachorros ya que interrumpe regularmente las actividades de juego obligando a los cachorros quedarse inmóvil. El defecto de adquisición de auto-controles es muy dañino para los cachorros quiénes no podrán por una parte comunicar con sus congéneres y por otra no podrán hacer parte de una familia-jauria.

Esta presencia materna es entonces de desear hasta la edad de por lo menos 2 meses.

Es por otra parte muy a menudo a esta edad que los cachorros serán vendidos a sus nuevos propietarios, el destete terminado. Es en este momento cuando el veterinario puede entonces posicionarse como consejero para la buena inserción del cachorro en la familia ya que la prevención de las enfermedades infecciosas requiere en muchas ocasiones de dos visitas vacunales.

LA PREVENCION DE LOS TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO HACIA LOS FURTUROS DUEÑOS

Como lo hemos podido constatar, buenas condiciones durante la cría son indispensables para que el desarrollo comportamental del cachorro sea el mejor posible. Podemos así limitar la aparición de algunos trastornos comportamentales que nacen al iniciar la vida del animal. Pero otras afecciones comportamentales pueden aparecer posteriormente en la adolescencia y la edad adulta. No trataremos aquí las afecciones ligadas al envejecimiento (ej.: hiperagresividad del perro viejo o depresión de involución) ya que su prevención parece aún difícil.

Es en consecuencia a nivel del propietario que el clínico tendrá un papel muy importante que desempeñar en cuanto a la prevención de la aparición de estas afecciones comportamentales. Se trata principalmente de trastornos de conductas sociales, de trastornos de ansiedad y tímicos. No tomaremos en cuenta los trastornos que resultan de la evolución de afecciones comportamentales contraídas durante la infancia con el criador ya que lo hemos tratado en la primera parte. En cambio, es útil aconsejar a los futuros propietarios sobre el lugar de adquisición de su futuro animal : prohibir en definitiva algunas tiendas o criaderos en batería ( recordemos que la patología comportamental es un problema constante de las tiendas de mascotas sin hablar de las diferentes enfermedades contagiosas que reinan en campeonas en este tipo de establecimientos). La prudencia es de regla frente a algunos criaderos. La adquisición de un animal en una familia parece preferirse.

Recordatorio de las distintas entidades nosológicas que inician en la adolescencia

o en edad adulta.

Los trastornos de las conductas sociales reúne  2 entidades clínicas principales : los trastornos de la comunicación con la ansiedad de desritualización y los trastornos jerárquicos con la sociopatía hombre-perro. En la primera afección, el animal puede presentar agresiones por irritación y por miedo mientras que en la segunda, hay presencia simultánea de agresiones por irritación, territorial y jerárquica. En los trastornos de la ansiedad, hemos podido identificar agresiones por miedo en crisis de pánico en las fobias,  o manifestaciones diversas de agresividad en los estados de ansiedad debidos a la evolución de las fobias o de situaciones ambivalentes. Algunas agresiones por irritación son susceptibles de ser encontradas en las fases productivas de las distimias bipolares.

Acciones del clínico hacia el propietario

El veterinario podrá prevenir los trastornos del comportamiento en el perro actuando desde las primeras consultas. En efecto la prevención de las enfermedades infecciosas requiere muy a menudo de dos visitas del cachorro con el veterinario cuando este es adquirido. Gracias a estas dos visitas, el clínico podrá dispensar los consejos necesarios para la buena realización de la inserción del cachorro en la familia. Estos consejos tendrán por objetivo reducir la probabilidad de aparición de trastornos de conductas sociales pero también de trastornos  de la homeostasia sensorial así como los que están ligados al defecto de adquisición de los auto-controles. En efecto el estado de homeostasia sensorial requiere de un consulta posterior y el clínico debe  a nivel del propietario guardar un rol de consejero en cuanto a la adquisición del "banco de datos" necesario para la elaboración del umbral de estimulación.

Con el objeto de que los consejos dispensados no sean vagas palabras escuchadas por el propietario sin ninguna consecuencia sobre la educación que puede darle a su perro, nos hemos dado cuenta que era indispensable fijarse un planning de acción. El rigor es de regla con el objeto de evitar ahogar al nuevo propietario en un flujo de palabras desde la primera consulta sin tener nada que decirle en la segunda consulta vacunal, cuando que no ha retenido nada de lo que nos hemos esforzado en explicarle.

Por esta razón hemos elaborado un planning que hemos intitulado "Programa de Socialización" ya que se basa sobre el desarrollo comportamental del cachorro. Este último es presentado por lo general a los dos meses para su primera visita vacunal y a los tres meses para la segunda. Sin embargo, existe una fuerte correlación entre estos datos de vacunación  del cachorros y los períodos críticos del desarrollo comportamental del animal. Por esta razón hemos elegido sugerir un plan de prevención en las consultas vacunales.

Pero a la vista del desarrollo comportamental y de la clínica, nos ha parecido lógico introducir un tercer tiempo para la intervención: una consulta  a la pubertad.

Con el objeto de ayudar al clínico, hemos elaborado un sistema de fichas, que permiten obtener un soporte escrito simple y conciso lo que es aconsejado para los propietarios.

 

Autor:  Patrick Pageat d.m.v.ès sc. nat.

Traducción: MVZ Stéphane Meder V.