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Etología

Curso del GECAF: Las sociopatías

Diagnóstico y tratamiento de los conflictos jerárquicos

Descripción

Los perros son presentados a consulta por algunos de los siguientes motivos. En la mayoría de los casos, se trata de animales que amenazan (gruñidos) o muerden una o varias personas de su medio en condiciones de apropiación de comida, de espacio o de contactos. Pero estas manifestaciones pueden limitarse a micciones ejecutadas sobre objetos bien visibles. Este síntoma es muy a menudo asociado con destrucción del mobiliario situado cerca de salidas cuando el perro es dejado solo en casa. Para terminar, la presencia de los propietarios puede ser motivada por repetidas peleas entre los perros que viven bajo el mismo techo.

Las más de las veces, los amos plantean la contradicción que les parece mayor entre el amor y el afecto que prodigan a su animal y la "maldad" de este.

Etiología – patogenia

El origen del trastorno debe buscarse en la existencia de la ambigüedad social que deforma todas las relaciones entre el perro y sus amos. Estos, sin saberlo, han acordado a su animal prerrogativas normalmente asociadas a un estatus de dominante, pero quieren sin embargo ejercer su autoridad. Es la contradicción entre estas dos series de mensajes : "eres dominante", "nosotros somos dominantes",  el origen de las agresiones.

O sea que este diagnóstico no concierne las situaciones, por lo demás muy raras, en las cuales el perro ha adquirido un estatus de dominante el cual jamás ha sido cuestionado por los propietarios. En efecto, en estos  casos, el perro se muestra ocasionalmente agresivo, ya que su posición no está amenazada. En cambio en las sociopatías, el perro vive en una situación de competencia permanente.

Epidemiología

No existe prevalencia étnica. En cambio, observamos una mayor frecuencia del afecto en los machos, lo cual es perfectamente comprensible tomando en cuenta la organización social de las jaurías. Las sociopatías en las hembras están  las más de las veces asociadas a situaciones de dificultades en las relaciones con la pareja. Es necesario, en efecto, que el propietario respalde a la perra en su decisión de marginar su ama para que pueda estar en situación de competencia.

Evolución:

Los factores implicados en la evolución de este trastorno relacional son complejas y asocian por igual elementos sociales, afectivos (pareja) o incluso psicopatológicos en algunos casos.

La evolución espontánea se realiza generalmente hacia la agravación progresiva del conflicto, el miedo, la lasitud y la decepción que conducen a los propietarios a un rechazo cada vez más marcado.

Por su lado, el perro presenta un comportamiento más y más patológico. Si al iniciar una sociopatía esta se caracteriza por conductas sociales perfectamente normales del animal (secuencias de agresión reguladas y organizadas), al cabo de algunos meses no sucede lo mismo.

Por esta razón distinguimos dos estadios en la evolución de las sociopatías: el estadio 1 o estadío reaccional el cual se caracteriza por agresiones con secuencia completa (cf criterios diagnósticos) que corresponden a una respuesta comportamental normal de parte del perro. En cambio, el estadío 2 o hiperagresividad secundaria   es reconocida por la desaparición de los elementos de regulación de la agresión y la sola mordida: es un estado patológico.

Hay que agregar que la persistencia de esta relación ambivalente concluye progresivamente en el desarrollo de un estado de ansiedad el cual se manifiesta primero por una hipervigilancia y muy rápidamente por la aparición de trastornos neuro-vegetativos que complican el tratamiento y el diagnóstico.

Diagnóstico

Cualquiera sea el estadío de la enfermedad encontramos los siguientes síntomas que nos han llevado a hablar del trípode sintomático de las sociopatías :

– agresión jerárquica

– agresión por irritación

– agresión territorial

Una vez planteado el diagnóstico, otros síntomas son importantes para situar el estadio evolutivo de la enfermedad, permitir formular un pronóstico y construir la terapia.

El estadio evolutivo está definido por la organización de las secuencias de agresión. Si las secuencias están compuestas por una fase de amenaza+mordida+ apaciguamiento, concluiremos que se trata de una sociopatía de estadio 1.
En cambio, cuando la agresión se instrumentaliza y pierde la fase de amenaza y de apaciguamiento, se diagnosticará una hiperagresividad secundaria.

La mordida permite ubicar la naturaleza de la relación jerárquica tal como es analizada por el perro. Cuando el perro muerde y sostiene la presión hasta que el mismo o su adversario se someta, se concluirá que se mantiene una situación de reto. En cambio, si el perro muerde con los incisivos, de manera breve y regresa inmediatamente hacia una actitud amenazante, se concluirá que acabo por adquirir una posición de dominante.

Para terminar, se verificará con el mayor cuidado posible la organización de las relaciones entre el perro y sus amos alrededor de las situaciones con fuerte significado jerárquico. Esto es en particular el caso para las comidas, el empleo del espacio (localización y número de los lugares para dormir) y la expresión de la sexualidad.

Diagnóstico diferencial

* Disocialisación primaria:

se trata de perros que no han aprendido las reglas de la vida en grupo. El diagnóstico diferencial descansa sobre el hecho de que estos animales no conocen la postura de sumisión y luchan en consecuencia sin llegar a interrumpir el enfrentamiento, presentan esencialmente agresiones de tipo agresión por irritación pero sin organización secuencial.

* Ansiedad de separación :

el problema surge esencialmente cuando la sociopatía es dominada por los destrozos materiales y las micciones. Pero, en las sociopatías los destrozos están localizados alrededor de las salidas que emplean los amos para irse o las ventanas por las cuales los ha visto alejarse. Las micciones son ejecutadas levantando la pata y sobre objetos bien visibles. Esto difiere enormemente de las degradaciones dispersas y de las micciones y defecaciones múltiples por miedo las cuales observamos en la ansiedad de separación. El hiper-apego permite también establecer la diferencia.

Pronóstico

Depende del estadio de la afección, de las relaciones jerárquicas que existen entre el perro y sus amos, pero también y más prosaicamente de la fuerza física del perro. Es necesario insistir sobre el hecho de que los perros afectados de hiperagresividad secundaria son peligrosos y que responsabilizarse de su terapéutica requiere de un buen conocimiento de las técnicas de terapia y de quimioterapia. El Médico Veterinario que se compromete en este tratamiento es en efecto civilmente y penalmente responsable de eventuales consecuencias de su decisión terapéutica. Por lo tanto es necesario sopesar la oportunidad del  tratamiento y no dudar en negarlo si la clínica indica condiciones no propicias, difíciles o problemáticas (propietarios asustados, inconscientes…).

Tratamiento

El recurso a la quimioterapia debe ser motivado por la clínica. Las sociopatías reaccionales pueden perfectamente ser tratadas sin ella. Parece ser incluso que el empleo de medicamentos en este estadio constituye un fuerte riesgo para desmotivar a los propietarios. Sólo los casos en los cuales el perro es muy fuerte pueden justificar el empleo de sicotropos.

En cambio, la hiperagresividad secundaria conlleva el empleo de estas drogas. Incluso es preferible, en los sujetos muy peligrosos, proceder a instituir el tratamiento durante una hospitalización de 7 a 10 días.

Las moléculas empleadas pueden pertenecer a tres grupos farmacológicos: los neurolépticos, los timoreguladores, los inhibidores de la testosterona. En los casos más difíciles se requiere recurrir de manera casi sistemática a los neurolépticos. Sin embargo, la prescripción de estas drogas cuyo modo de acción es fuertemente dosis-dependiente, debe incitar el principiante a la prudencia. Por ello aconsejamos hoy recurrir de preferencia a la asociación carbamazepina (Tegretolä bajo forma LP) a dosis de 20 a 40 mg/kg. en asociación con el acetato de ciproterona (AndrocurTM) a dosis de 2 a 5 mg/kg. Esta asociación permite exonerarse de cualquier riesgo de accidente de deshinibición. Si se instituye por más de tres meses, es necesario vigilar la función hepática y la cuenta sanguínea con el objeto de ubicar posibles efectos tóxicos de estas drogas.

La importancia del tratamiento reside en la terapia. Hemos descrito esta bajo el nombre de "regresión social dirigida". Consiste en suprimir todas las prerrogativas jerárquicas del perro. Para ello será  necesario consignar estas durante la consulta.

Esta técnica permite evitar todos los enfrentamientos físicos entre el hombre y el perro.

Un error clásico del principiante consiste en querer modificar toda la relación desde la primera consulta. En realidad, es necesario fijar objetivos de acuerdo con los propietarios y verificar a intervalo regular si estos han sido alcanzados antes de pasar a nuevos objetivos.                    

Autor:  Patrick Pageat d.m.v.ès sc. nat.

Traducción: MVZ Stéphane Meder V. 

BIBLIOGRAFIA

BEATA C. Dimension sociale et légale du chien agressif. Congrès GECAF Porquerolles 1995.

BOURDIN M. Psychotropes et comportement d'agression. Le passé, le présent, l'avenir. Congrès GECAF Porquerolles 1995.

ROSSIGNOL M. Prévention de l'agressivité. Congrès GECAF Porquerolles 1995.