Cualquier alteración de las funciones fisiológicas que tengan que ver sea directamente con el encéfalo ú otra parte del cuerpo es susceptible de desencadenar trastornos comportamentales o facilitar su emergencia. El clínico no debe olvidar jamás esta relación so pena de establecer un diagnóstico totalmente erróneo o por lo menos que no tome en cuenta más que una parte de la afección que padece su paciente.
No se trata aquí de describir al conjunto de los mecanismos en causa pero simplemente citarlos junto con sus consecuencias.
Los mecanismos neuro-inmunológicos:
Uno de los mediadores celulares más conocido en la inflamación es la interleuquina-1 producida por los fagocitos mononucleados. Sin embargo, numerosos tipos celulares se muestran capaces de sintetizar a este polipeptido, in vitro. In vivo, se ha mostrado que las células gliales las producen, al igual que un cierto número de neuronas del hipotálamo (conectadas a la antehipófisis) y también del cortex. Se ha demostrado también que la IL-1 es el principal mediador de la fiebre en los mamíferos. La interleuquina-1 y otras citoquinas (IL-6, TNFalfa) inhiben la actividad motora voluntaria así como la ingestión de comida. Están también en el origen de una inducción del sueño como predominio del sueño profundo.
Los mecanismos neuro-endocrinos:
Las interacciones entre el sistema nervioso y las distintas glándulas endocrinas son extremadamente complejas, nos limitaremos entonces a la descripción de los mecanismos en juego en la disendocrinia tiroidea, adrenal o sexual.
Las disendocrinias tiroideas:
La acción de las hormonas tiroidea sobre los núcleos noradrenérgicos está bien establecida. Se manifiesta mediante un aumento de la sensibilidad de los receptores beta.
En el hipertiroideo existe una desregulación del sistema noradrenérgico con reducción de la actividad beta, lo cual facilitaría la instalación del estado depresivo, mientras que en el hipertiroideo, asistiremos a un aumento de la actividad beta conllevando agitación, hiperestesia.
Las disendocrinias de las adrenales:
Las relaciones entre las variaciones de secreción de diferentes hormonas adrenales, durante respuestas emocionales son bien conocidas. El cortisol está sin duda alguna, entre estas hormonas, aquellas cuyas inter-relaciones con los trastornos emocionales son mejor explorados.
En la respuesta al estrés, la liberación de ACTH aumenta, conllevando una elevación de la tasa de cortisol circulante. Esta respuesta fisiológica aparece indispensable para la buena adaptación del organismo cuando es agredido. Esta relación entre estado emocional y tasa sérica de cortisol es de doble sentido, Las disendocrinias de las adrenales van a estar con frecuencia acompañadas de modificaciones comportamentales, emocionales y tímicas. Aunque claro, la naturaleza del disfuncionamiento hormonal va a orientar de manera muy distinta el cuadro sico-comportamental.
El hipo-cortisolismo (Enfermedad de Addison):
El hipo-cortisolismo estará acompañado de una deficiencia secundaria en adrenalina cuya consecuencia es la perdida de la capacidad de reaccionar a las solicitudes exteriores. Además, la desregulación de la secreción de ACTH conlleva modificaciones a nivel de otros derivados de la POMC que están en el origen del disfuncionamiento del humor.
De hecho, la clínica, en el perro, confirma la existencia de trastornos del humor, de tipo distímico, en los sujetos afectados.
El hipercortisolismo (síndrome de Cushing):
El aumento crónico de la tasa circulante de cortisol asociada a una perdida de la adaptación de la secreción (resistencia a la disminución por la dexametasona) conlleva modificaciones del humor es decir hacia un estado depresivo. En el perro, se observa una degradación cognitiva muy marcada y el cuadro clínico final es el de una depresión de involución.
Las disendocrinias sexuales
El papel de los esteroides sexuales en la modulación de los estados reaccionales y la génesis de algunas respuestas comportamentales ya no está por señalarse. Conviene precisar y modular su importancia, las opiniones tradicionales han tenido por tendencia sobreevaluar el impacto, como lo atestigua el recurso sistemático a la castración.
Los esteroides sexuales poseen receptores situados en diferentes niveles en el encéfalo. Los receptores centrales de la progesterona son receptores citoplasmáticos mientras que los del estradiol y de la testosterona son nucleares. Su distribución en el encéfalo parece ser bastante homogénea en los mamíferos superiores.
Trabajos recientes muestran que las hormonas sexuales modulan la sensibilidad de los receptores dopaminérgicos. Datos electrofisiológicos, bioquímicos y comportamentales han permitido precisar el sentido de esta modulación. El estradiol y la testosterona disminuyen la sensibilidad de los autoreceptores dopaminérgicos D2 y aumentan así la transmisión dopaminérgica, lo que tiene por efecto aumentar la actividad motora voluntaria de los animales.
En cuanto a la progesterona, esta parece tener efectos contrarios. La administración de progesterona por vía endovenosa, en el animal de laboratorio, revela efectos anestésicos no específicos sobre las neuronas del hipotálamo y de la corteza cerebral.
El conjunto de los trastornos comportamentales de soporte neuroendocrino posee una característica común: su evolución bifásica. En efecto, la observación clínica de dos poblaciones de pacientes, unos hipotiroideos y otros afectados por el síndrome de Cushing nos ha permitido poner en evidencia la existencia de dos períodos en la expresión clínica de los trastornos.
En un primer tiempo, se observan modificaciones comportamentales, emocionales y tímicas
que son únicamente el reflejo de la disendocrinia. El cuadro clínico es entonces rico, las secuencias comportamentales, aún cuando son inadaptadas, presentan una organización normal. Durante esta fase, los trastornos retroceden con la sola corrección de la disendocrinia.
Progresivamente, el cuadro clínico se simplifica, se asiste a una rigidez de una o varias respuestas comportamentales las cuales van a constituir el motivo de consulta. Se trata de hecho de una evolución ocasionada por una instrumentalización. La sola corrección de la disendocrinia ya no es eficaz, el recurso a neurolépticos acaba siendo obligatorio.
El envejecimiento
Propiamente hablando, no se trata de un proceso patológico, ya que se trata de un fenómeno fisiológico ineluctable, cuyos componentes interesan todo el organismo y no afectan en consecuencia únicamente al comportamiento. Todavez, hemos decidido asociarlo a los demás fenómenos patológicos. Interviene a la vez como factor que facilita la aparición de otros procesos de alteración, pero también como un elemento que empeora las afecciones comportamentales inter-recurrentes.
Los datos actuales que tienen que ver con la senilidad cerebral no permiten establecer relaciones causales claras entre la senectud y las modificaciones comportamentales, cognitivas y tímicas (= del humor). Todavez, los diferentes estudios que tienen que ver con la aproximación experimental de la demencia de Alzheimer han permitido fijar un cierto número de ideas precisas.
Envejecimiento de la membrana plasmática
El primer tipo de modificaciones engendradas por el envejecimiento concierne a las membranas celulares y evidentemente las de las neuronas. Como es bien conocido hoy, la membrana plasmática presenta una estructura conocida como mosaico fluido. Esta compuesta por una doble capa de lípidos, esencialmente de fosfolípidos y del colesterol. Distinguimos distintas áreas:
1º – las vertientes internas y externas cuya composición lípidica es muy distinta, sphingomielina y fosfatidilcolina sobre la vertiente externa, fosfatidyletanolamina sobre la vertiente interna.
2º – zonas más rígidas y zonas más fluidas que corresponden a áreas de actividad distinta (microáreas).Las dos están al interior de la bicapa lípidica, lípidos y proteínas van a poder difundir lateralmente cuando la membrana este en estado fluido. Esta fluidez implica una baja cantidad de colesterol asociada a una fuerte proporción de fosfolípidos que contienen ácidos grasos poli-insaturados. Es el estado fluido el que va a permitir la movilización de los receptores proteicos y por ejemplo su acoplamiento con el adenil-ciclasa. El estado de rigidez (gel o reducción de la fluidez) se debe al aumento de la tenencia membranaria en colesterol pero también de la relación sphingomielina/fosfatidilcolina y al aumento en la cantidad de ácidos grasos saturados en los fosfolípidos.
La perdida de fluidez, al limitar los movimientos de las proteínas receptoras, será un factor importante de hiper o hiposensibilidad para algunos sitios receptores, aumentado así los riesgos de aparición de respuestas emocionales inadaptadas.
Retendremos que el envejecimiento es acompañado por una reducción de la fluidez de la membrana, lo que conlleva una alteración de los transportes membranarios, de las actividades enzimáticas, de las relaciones inter-celulares (fundamentales para el sistema nervioso) y de las capacidades de movilización de los receptores membranarios.
Modificaciones de los sistemas neurotransmisores
Numerosos estudios han sido realizados sobre de este tema, sería muy interesante identificar el origen de los trastornos comportamentales en los sujetos de edad con estas únicas modificaciones. De hecho, los resultados no conducen siempre a relaciones totalmente explícitas como lo vamos a ver .
A. Sistema colinérgico:
Las alteraciones de las estructuras colinérgicas juegan un papel determinante en los déficits mnesicos en los animales de edad.
Todos los estudios convergen para mostrar que existe una reducción en el número de receptores muscarínicos con la edad.
Esta alteración esta sin duda en el origen de la intolerancia de los perros de edad en tratamientos empleando neurolépticos fenotiacinicos. Estos poseen, como sabemos, efectos inhibidores sobre la transmisión colinérgica.. Están en el origen del fenómeno de "boca seca", constipación, disuria, pero también de estados de confusión que dificultan su empleo en esta clase de edad (Ref. Capítulo 5).
B. Los sistemas monoaminérgicos:
Sistema dopaminérgico:
Es el sistema dopaminérgico el más afectado. El contenido en dopamina del cerebro es reducido. Las modificaciones más importantes afectan a la corteza. En el sistema límbico, se nota una disminución de la concentración en dopamina y en ácido homovanillico, su metabolito. Las enzimas de síntesis están también afectadas, se observa una disminución precoz de la tirosina hidrolasa.
También, el número de receptores dopaminérgicos de todo tipo disminuyen.
Para terminar, se nota una perdida neuronal progresiva ligada a la edad en la sustancia nigra. En correlación con una disminución de la concentración en dopamina en las estructuras blanco.
Estas alteraciones son masivamente implicadas en los trastornos cognitivos y tímicos del perro viejo.
Sistema noradrenérgico:
El sistema noradrenérgico parece el menos afectado, aunque alteraciones de las tasas de noradrenalina, del turn-over y de los receptores adrenérgicos hayan sido descritos en algunas estructuras. Pero varios estudios han mostrado la ausencia de relaciones entre estas alteraciones y los trastornos ligados al envejecimiento. Estos trabajos, que van al encuentro de hechos bioquímicos, han llevado a varios autores a evocar la hipótesis de una supervivencia selectiva de los receptores alfa-2 durante el envejecimiento.
Sistema serotoninérgico:
Los resultados de las exploraciones del sistema serotoninérgico durante el envejecimiento son contradictorios. Parece adquirido que una disminución bastante importante de las concentraciones en serotonina (5HT) así como en receptores 5HT1 y 5HT2 sea observada para el conjunto de los centros serotoninérgicos. De acuerdo a los datos actuales sobre el papel de los centros serotoninérgicos, podemos pensar que estas alteraciones están en correlación con la tendencia de los sujetos de edad a desarrollar trastornos del humor (depresión y distimia).