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Etología

Curso del GECAF: Prevención de los trastornos del comportamiento de origen no comportamental

La prevención de los trastornos del comportamiento en el perro durante el ejercicio de su arte no se limita a las afecciones comportamentales. En efecto algunos trastornos comportamentales principalmente con expresión agresiva pueden estar asociados a una lesión somática o de origen tóxico o iatrogeno. Es importante poder reconocer y diferenciar agresividades que no pertenecen a afecciones patológicas comportamentales ya que el pronóstico y el tratamiento serán muy distintos. Sucede lo mismo para prevenir.

Los trastornos comportamentales asociados a una lesión somática son representados principalmente por dos entidades clínicas: el síndrome de "agresividad reaccional" de los estados álgidos y las eidolias alucinósicas de los perros afectados de distrofia de los fotoreceptores. En la primera entidad clínica, el dolor es el factor desencadenante de la agresividad, será en consecuencia necesario para el clínico administrar eficazmente la afección algogéna. En cuanto a la segunda entidad clínica, el objetivo del clínico será detectar de manera precoz los síntomas que permiten tratar esta afección.

Por último es interesante saber adaptarse a la etología de los pacientes, en particular de los miedosos y de los agresivos, con el objeto de evitar accesos de pánico o algunas agresiones.

Prevención del síndrome de agresividad reaccional de los estados álgicos

Cualquier irritación o dolor es susceptible de desencadenar secuencias de agresión por irritación. La frecuencia de las respuestas agresivas va a aumentar progresivamente lo que tiene por consecuencia reducir la relación causa efecto.

La prevención de este síndrome descansa esencialmente en la detección precoz de las patologías algogénas. Pensamos principalmente a las otitis y en particular a las del oído medio, las patologías del raquis como de la displacía de la cadera y la artrosis, las lesiones peri-anales pero también algunas dermatosis. Esta lista no es exhaustiva. Ninguna prevalencia de raza o de sexo ha podido identificarse pero algunas razas son más predispuestas. El Cocker para las otitis, los pastores o las grandes razas para la artrosis y la displacía.

Con el objeto de prevenir estas agresiones por irritación que pueden instrumentalizarse y en consecuencia provocar hiper-agresividades secundarias, se aconseja tratar médicamente o quirúrgicamente el origen de los trastornos y emplear analgésicos.

Prevención de las eidolias alucinósicas de los perros afectados de los fotoreceptores

Las agresiones poco comprensibles e imprevisibles engendradas por esta afección son de aparición brutal y precoz en la vida del animal ya que ocurren en los alrededores de la pubertad. Tres tipos de agresión son generalmente encontradas: agresiones de predación con una secuencia completa de cacería de un objeto invisible agresiones por irritación que implican a los cercanos al animal, y agresiones por miedo. En estas últimas dos agresiones los propietarios relatan una relación con reducción de la luminosidad.

Las agresiones se instrumentalizan muy rápidamente; sin embargo, en ausencia de tratamiento etiológico, no es posible esperar una curación. Esto permite definir los perros que presentan agresiones por miedo y por irritación como grandes agresivos.

Estas eidolias son identificadas en sujetos que pertenecen a razas predispuestas: Caniche, Colley, Labrador, Terrier del Tibet, Pastor de los Ppirineos, Briard… Aún aquí la lista no es exhaustiva.

En materia de prevención, es necesario una vez más tratar de detectar esta afección antes de que los trastornos aparezcan con el objeto de permitir a los propietarios adaptarse en la medida de lo posible a los comportamientos de sus animales. El peligro es mayor si en el medio hay niños ya que estos son generalmente fuentes de movimientos incoordinados o bruscos.

Se recomienda sugerir a los propietarios de perros de raza predispuestos realizar un examen oftálmico y un electroretinograma.

El período más peligroso en la evolución de esta patología es durante la cual el animal pierde progresivamente la vista. Así el tratamiento instituido para prevenir el desencadenamiento de las agresiones debe mantenerse hasta la ceguera.