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Sistema Linfático

Sistema Linfático

Introducción

El sistema linfático realiza tres tareas importantes en el organismo de los mamíferos.

  • Está estrechamente relacionado con el sistema cardiovascular y ayuda a mantener el equilibrio de líquidos entre los vasos sanguíneos y los tejidos.
  • El sistema linfático juega un papel importante en la inmunidad.
  • Este importante sistema también absorbe las grasas digeridas del intestino delgado

Los componentes del sistema linfático se dividen en dos grupos: los órganos primarios y los órganos secundarios.

  • Órganos primarios
    El timo y la médula ósea son órganos primarios. Regulan la producción y diferenciación de los linfocitos, las células que forman el sistema inmunológico.
  • Órganos secundarios
    Los órganos secundarios incluyen los vasos linfáticos, los ganglios linfáticos, el tejido linfoide agregado y el bazo. Estos órganos secundarios participan, hasta cierto punto, en las tres funciones linfáticas.

Órganos Primarios

Timo

El timo de los mamíferos tiene dos lóbulos y está situado ligeramente por encima del corazón y ventral (debajo) de la tráquea.

Es relativamente grande al nacimiento, pero después de la madurez sexual comienza a disminuir su tamaño y es bastante pequeño en los animales adultos.

La función principal del timo es “educar” ciertos glóbulos blancos del sistema inmunológico llamados ‘linfocitos T’ o ‘células T‘.

Los linfocitos T identifican agentes extraños, como bacterias y virus invasores, y las señalizan para que otras células inmunitarias las destruyan.

Estas células maduran en el timo y se les “enseña” a distinguir entre células propias y no propias. Si se maduran correctamente, son capaces de reconocer la diferencia entre los elementos propios del organismo y los agentes  extraños.

Las células T que no reconocen esta diferencia son destruidas por el timo para que no puedan atacar al propio organismo. Después de madurar en el timo,  se trasladan a los órganos secundarios, donde estarán en forma permanente.

Médula ósea

La médula ósea es la sustancia blanda  que se encuentra en el espacio intramedular. Es una red de fibras de tejido conectivo, células grasas, vasos sanguíneos y células productoras de eritrocitos.

La médula ósea produce glóbulos rojos o eritrocitos y blancos, incluidos los linfocitos.

Tanto los linfocitos T como los linfocitos B se producen en la médula ósea.

Las células T inmaduras se trasladan al timo para su desarrollo final, pero los linfocitos B permanecen en la médula ósea durante la maduración. Una vez que las células B están completamente desarrolladas en la médula ósea, también se liberan a la circulación y la mayoría de ellas se instalan en los órganos linfáticos secundarios.

Las linfocitos B son glóbulos blancos que son sensibles a los antígenos y producen anticuerpos contra ellos.

Los antígenos son  sustancias químicas que provocan una respuesta inmune en el organismo, como toxinas, proteínas extrañas, partículas o virus y  bacterias.

Cuando hay un antígeno presente, los linfocitos B se activan y comienzan a producir anticuerpos contra ese antígeno.

Los anticuerpos son proteínas especiales que se adhieren a los antígenos y los marcan para su destrucción.

Los anticuerpos son  específicos para cada antígeno y el sistema inmunológico tiene “memoria” y puede recordar cada antígeno que ha combatido.

Una vez que los linfocitos B producen anticuerpos contra un determinado antígeno, por ejemplo, una bacteria, conserva una memoria para ese antígeno.

Si el antígeno vuelve a manifestarse, el linfocito B puede responder en forma rápida con una gran producción de anticuerpos para neutralizar ese antígeno en particular. De esta manera, a menudo se previene una segunda infección por ese agente patógeno.

Órganos secundarios

Como se mencionó, los órganos secundarios incluyen los vasos linfáticos, los ganglios linfáticos, el tejido linfoide agregado y el bazo. Mientras que los órganos primarios sólo participan en la función inmune del sistema linfático, los órganos secundarios participan colectivamente en las tres funciones:

  • Inmunidad
  • Absorción de lípidos o grasas
  • Regulación de fluidos
Vasos linfáticos

Los vasos linfáticos conectan a todos los órganos secundarios y también se comunican con el sistema cardiovascular.

Proporcionan una ruta para el flujo unidireccional de linfa desde los tejidos del organismo hasta el corazón.

La linfa es el líquido transparente y amarillento que se recoge de los espacios intersticiales (los espacios entre las células de un tejido) hacia los capilares linfáticos.

Los capilares linfáticos están entrelazados con los capilares sanguíneos. El líquido y las proteínas salen del extremo arterial del capilar sanguíneo hacia el espacio intersticial.

Aproximadamente el 90% del líquido se reabsorbe en el extremo venoso del capilar sanguíneo, pero ninguna de las proteínas puede volver a entrar en los vasos sanguíneos porque no pueden pasar a través de las uniones estrechas de las células.

Sin embargo, los capilares linfáticos tienen uniones celulares extremadamente laxas y son capaces de absorber el 10% restante del líquido junto con las proteínas plasmáticas. Una vez dentro de los vasos linfáticos, el líquido se denomina “linfa”.

Los vasos linfáticos tienen una estructura similar a las venas, con paredes delgadas y válvulas para evitar el reflujo.

No son vasos musculares y las fuerzas externas, como el movimiento de las extremidades, regulan el flujo de linfa. Una vez en los capilares, la linfa pasa a vasos cada vez más grandes, pasa a través de los ganglios linfáticos y/o el bazo, llega a los conductos grandes y entra en la circulación sanguínea cerca de las uniones de las venas yugular y subclavia en la parte superior del tórax.

Por lo tanto, el líquido y las proteínas finalmente regresan a la sangre, lo que ayuda a mantener el equilibrio adecuado de líquidos entre los vasos sanguíneos y los tejidos.

Toda la linfa de la parte inferior del cuerpo, el brazo izquierdo y el tórax izquierdo se drena a través del conducto torácico hacia la unión de las venas yugular y subclavia izquierdas.

Los líquidos del cuello, el brazo derecho y el tórax derecho desembocan en el conducto linfático derecho que se une al sistema venoso en la unión de las venas yugular y subclavia derechas.

Cerca del intestino delgado, donde se digieren y absorben las grasas, los vasos linfáticos tienen una función especial y, por tanto, un nombre especial.

Participan en la absorción de grasas digeridas en el intestino delgado y se denominan “lácteos”.

Después de una comida, el líquido de los lácteos generalmente tiene un contenido de grasa del 1 al 2% y tiene un aspecto turbio.

Esta linfa turbia en los lácteos se llama “quilo”.

Ganglios linfáticos

Los ganglios linfáticos son estructuras redondas o con forma de frijol que se encuentran ampliamente distribuidas por todo el cuerpo. Incrustados en tejido conectivo o grasa, se concentran en las regiones cervical, axilar e inguinal: el cuello, las axilas y la ingle, respectivamente.

Por lo general, miden menos de 1 cm de largo, dependiendo del tamaño del animal. Los ganglios linfáticos filtran la linfa antes de devolverla a las venas.

Están dispuestos de manera que toda la linfa tiene que pasar a través de al menos un ganglio antes de regresar a las venas.

Están rodeados por una cápsula de tejido conectivo y constan de varios compartimentos llamados “nódulos linfáticos”.

Los nódulos son masas de linfocitos T, linfocitos B y macrófagos. Los macrófagos son células especializadas que ingieren y destruyen material extraño.

Los nódulos están separados por espacios llamados “senos linfáticos”. Los vasos que transportan linfa sin filtrar se denominan “vasos aferentes” y hay varios por ganglio. Luego, la linfa se filtra en busca de antígenos y partículas y, si es necesario, se genera una respuesta inmune.

La linfa filtrada sale del ganglio a través de uno o dos vasos eferentes cerca de una hendidura llamada “hilio”. Los vasos sanguíneos también entran y salen del nódulo por el hilio.

Tejido linfoide agregado

Los tejidos linfoides agregados (agrupados) son conjuntos de tejido linfoide que no están encapsulados (no envueltos en una cápsula).

Tienen distintos grados de tamaño y organización. Los ejemplos más organizados y más conocidos son las amígdalas y las placas de Peyer.

Las amígdalas se encuentran en la parte posterior de la cavidad bucal.

Las placas de Peyer se encuentran en el revestimiento del intestino delgado.

Las amígdalas y las placas de Peyer tienen células epiteliales especializadas que son capaces de transportar antígenos y, aunque no filtran la linfa, generalmente están rodeadas de capilares.

El objetivo principal del tejido linfoide agregado es la defensa de la invasión de las superficies mucosas .

Estos son sitios donde están presentes una gran cantidad de bacterias y otros microorganismos que pueden ingresar fácilmente al cuerpo. Estas células linfáticas especializadas ayudan a prevenir el desarrollo de infecciones en estos sitios.

Bazo

El bazo es un órgano esponjoso ubicado en la porción superior izquierda de la cavidad abdominal a lo largo de la curva exterior del estómago. Se compone de dos tipos de tejido: la pulpa roja y la pulpa blanca.

  1. La pulpa roja se utiliza principalmente para almacenar sangre y descomponer los glóbulos rojos viejos.
  2. La pulpa blanca tiene la función linfática de filtrar la sangre en busca de antígenos.

El bazo atrapa antígenos y es otro sitio para el inicio de la respuesta inmune. En cierto sentido, es como un ganglio linfático grande.

Un bazo inflamado puede ser un signo de infección grave y se palpa fácilmente .

Resumen

Aunque a menudo se pasa por alto el sistema linfático, es una parte importante del cuerpo de los mamíferos. Al absorber grasas y bloquear antígenos, ayuda a mantener al animal sano y libre de enfermedades.

Además, la función de mantener un equilibrio adecuado de líquidos es fundamental. En definitiva, un sistema linfático sano es necesario para la supervivencia del animal.

información Interesante
Las aves domésticas no tienen ganglios linfáticos. En cambio, hay nódulos de tejido linfoide en la médula ósea. Si hay una infección en el cuerpo, los ganglios linfáticos más cercanos al sitio de la infección pueden inflamarse o doler. Esto es causado por una acumulación de células y líquidos involucrados en la respuesta inmune. En 24 horas, aproximadamente el 50% de los linfocitos de la sangre pasan por el bazo. En un ser humano, el sistema linfático devuelve 2,83 litros (3 cuartos) de linfa al corazón cada 24 horas. ¡Eso es aproximadamente ½ taza por hora!

Bibliografía

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