Esta patología es ocasionada por una bacteria sumamente móvil que encuentra un medio adecuado para su desarrollo en zonas húmedas y bajas, cerca de arroyos, lagunas etc.
El contagio se produce a través de la piel cuando ésta entra en contacto con orina infectada. Es una enfermedad frecuente en los caninos que viven en las ciudades y sus alrededores y que tienen el hábito de vagabundear por diferentes lugares sin control y pueden tomar contacto con lugares infectados, es una zoonosis, pero no debe ser motivo de alarma, solamente hay que cuidarse del contacto de la piel con la orina infectada y evitar las aguas estancadas en zonas bajas como charcos, lagunas, etc., también no pisar jardines húmedos donde perros u otros animales (roedores) enfermos puedan haber orinado.
Es una patología que afecta a los riñones produciendo una insuficiencia por la lesión en los mismos, sí el diagnóstico es el correcto habrá una respuesta al antibiótico específico que se usa en estos casos después de los cinco días de tratamiento, exceptuando aquellos casos muy agudos o crónicos de larga data.
Existe una infección subclínica que puede pasar desapercibida o con una pequeña letargia del animal con curación espontánea o evoluciona a una forma más grave que se caracteriza con fiebre, depresión y sed extremas, existen vómitos y disminución de la micción, también puede haber dolor abdominal e inflamación de los riñones. En los casos de evolución crónica se pueden observar úlceras en la boca y/o lengua con halitosis debido a la uremia del animal lo cual es de pronóstico reservado produciendo en muchos casos una insuficiencia renal grave.
Es muy importante la prevención con una vacunación semestral con resultados variables, tratar de evitar que el animal ande suelto por zonas contaminadas, siempre sacarlo a pasear con su correspondiente correa y collar, de esa forma minimizaremos los riesgos de infección de esta grave enfermedad.
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