El bazo es un órgano linfático secundario que desempeña funciones cruciales en el sistema inmunitario. Aquí te presento más detalles sobre el bazo:
Anatomía y ubicación:
El bazo se encuentra ubicado en la parte superior izquierda del abdomen, detrás del estómago.
Tiene una cápsula de tejido conectivo que envía tabiques hacia el interior, dividiendo al bazo en lóbulos.
Está compuesto principalmente por pulpa roja, que contiene glóbulos rojos y macrófagos, y pulpa blanca, que alberga linfocitos.
Funciones principales:
Filtración y depuración de la sangre: filtra y elimina glóbulos rojos viejos, bacterias y otras partículas de la sangre.
Almacenamiento de glóbulos rojos y plaquetas: puede almacenar hasta un tercio de los glóbulos rojos y plaquetas del organismo.
Respuesta inmune: contiene una gran cantidad de linfocitos, macrófagos y células dendríticas que participan en la respuesta inmune.
Hematopoyesis extramedular: Bajo ciertas condiciones, el bazo puede producir glóbulos rojos, blancos y plaquetas.
Papel en la inmunidad
Presentación de antígenos: Las células dendríticas del bazo capturan y procesan antígenos para presentarlos a los linfocitos.
Activación de linfocitos: proporciona un entorno favorable para la proliferación y activación de linfocitos T y B.
Inmunidad contra patógenos encapsulados: juega un papel importante en la defensa contra bacterias encapsuladas, como neumococos.
Cambios patológicos:
Esplenomegalia: Aumento anormal del tamaño del bazo, que puede deberse a infecciones, enfermedades hematológicas o trastornos inmunitarios.
Asplenia: Ausencia congénita o adquirida del bazo, que aumenta el riesgo de infecciones por microorganismos encapsulados.
Traumatismos y ruptura: Debido a su localización, el bazo es vulnerable a traumatismos que pueden causar hemorragia o ruptura.