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Enfermedades Huesos y Músculos

Osteoartritis

Osteoartritis en el Perro

Introducción

La osteoartritis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que se caracteriza por el desgaste del cartílago articular, el tejido que recubre y amortigua los extremos de los huesos en las articulaciones.

A medida que el cartílago se desgasta, los huesos pueden rozar entre sí, lo que provoca dolor, rigidez y pérdida de movimiento en la articulación afectada.

El hueso tiene terminaciones nerviosas, por lo que cuando los dos extremos del hueso en una articulación se contactan, se produce dolor e inflamación.

En esta enfermedad degenerativa también vemos que se forman pequeñas proyecciones óseas (osteofitos) en el hueso que está cerca de la articulación. Esto aumenta el dolor.

Esta patología es progresiva, lo que significa que continúa empeorando a medida que pasa el tiempo.

Etiología (Causas)

La osteoartritis puede ocurrir como resultado del desgaste de una articulación normal y ocurre a medida que el animal envejece.

Esto se denomina enfermedad articular degenerativa o osteoartritis primaria.

Esta situación patológica puede ocurrir como resultado de otra afección que afecta la articulación, como la displasia coxofemoral o la displasia del codo , en este caso se llama enfermedad articular degenerativa o osteoartritis secundaria.

Ciertamente, cualquier animal con un problema congénito en las articulaciones, como displasia o luxación de rótula, será más propenso a desarrollar una enfermedad

Los perros que han sufrido una lesión en una articulación, como una fractura que afecta a la articulación o una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla, tendrán más probabilidades de desarrollar esta patología.

Sintomatología

Los síntomas  variarán según las articulaciones afectadas, la edad del perro y la evolución de la enfermedad.

En general, los primeros síntomas pueden ser una alteración de la marcha, ya que el perro intentará apoyar más peso en las extremidades no afectadas.

Puede existir atrofia muscular (reducción del tamaño del músculo) en la extremidad problemática porque el animal la utiliza menos, o evita apoyarla.

Por ejemplo, en un perro con displasia de cadera que afecta a ambas extremidades posteriores, los músculos de estos miembros pueden ser delgados, mientras que los músculos del pecho y los hombros pueden aumentar de tamaño porque el perro realiza un sobreesfuerzo en las patas delanteras.

Muchas veces al animal le puede resultar difícil levantarse después de estar tumbado y parece rígido. Es posible que  no pueda subir al auto. A muchos les resulta dificultoso subir o bajar escaleras.

Dependiendo de la intensidad del  dolor, puede haber cambios en el apetito y el comportamiento (por ejemplo, pueden verse mas aletargados y con menos entusiasmo para hacer ejercicio).

Las articulaciones generalmente no están inflamadas y el dolor lo padecen en silencio, por lo que los perros no suelen vocalizar ni gritar de dolor. Algunos perros lamen o muerden el área que les duele. Algunos buscarán lugares cálidos o suaves para dormir.

Diagnóstico

El Médico Veterinario mediante la anamnesis (preguntas al tutor) obtendrá un panorama  de la sintomatología del perro y realizará un examen físico completo.

Se toman radiografías y se pueden realizar más pruebas de laboratorio o exámenes más detallados de las articulaciones afectadas.

Tratamiento

La enfermedad degenerativa de las articulaciones puede tratarse con medicamentos y quirúrgicamente.

Algunas presentaciones  de esta enfermedad se pueden tratar con cirugía. Por ejemplo, los reemplazos de cadera en perros con displasia de cadera son cada vez más frecuentes.

También se pueden realizar otros procedimientos, pero su éxito depende de que alteraciones  se hayan producido dentro y alrededor de la articulación.

Pronóstico

Esta patología a medida que transcurra el tiempo seguirá empeorando.

Hay formas de tratar médicamente la enfermedad para atenuar su progresión y muchos animales responden bien y pueden vivir con buena calidad de vida durante años.

En casos más graves, se puede realizar una cirugía que incluye reemplazos de articulaciones reales. En estos casos la recuperación suele ser óptima.

Bibliografía

Imagen de Lindsay Wilson