El objeto de esta exposición es describir los principales mecanismos que concurren para modificar el comportamiento de un animal para llevarlo a un estado patológico.
La primera pregunta planteada es la de la definición del "comportamiento patológico". Para ello, nos parece lógico retomar la primera función de los comportamientos y en consecuencia del sistema nervioso: permitir la adaptación a variaciones del medio ambiente. Esta función no puede disociarse de la plasticidad de los comportamientos. Consideraremos entonces como patológico cualquier comportamiento que al perder su plasticidad, ha perdido sus funciones para adaptarse. Se trata entonces de una alteración de la dinámica del organismo de lo que estamos hablando aquí, el sujeto se ha "detenido" en un nivel de respuesta que ya no modificará más. PIAGET había descrito al organismo como un sistema en equilibrio inestable en un medio ambiente en continuo cambio: es la homeostasia (entendida en el sentido de CLAUDE BERNARD, pero también la homeostasia sensorial). El estado que se instala debe ser inestable para sostener la dinámica, no hace más que ir hacia la adaptación-estado que corresponde a la estabilización perfecta de la relación organismo < —- > medio pero prohibe cualquier variación del medio ambiente so pena de desaparición del ser vivo. Entonces en las variaciones de las condiciones del medio, reacciona el también mediante una serie de modificaciones (fisiológicas y comportamentales) que le permite reencontrar esta homeostasia: es la adaptación-proceso indispensable a la superviviencia de la especie. La adptación-proceso se realiza mediante dos mecanismos que son la asimilación y la acomodación. El primero conduce el sujeto a incorporar a su estructura elementos exteriores (por ejemplo nuevas señales de comunicación empleadas por otra especie con la cual está en asociación). El segundo consiste en modificar un elemento pre-existente para volverlo más eficaz a expensas de una variación del medio ambiente (caso frecuente en las estrategias de predación). En todos los casos, los elementos comportamentales creados mediante la adaptación proceso van a expresarse bajo la forma de secuencias comportamentales que desembocan sobre un retorno al estado de equilibrio inicial. De este hecho, el segundo criterio de definición, que nos proponemos, para caracterizar un comportamiento patológico, es su incapacidad para regresar al estado de equilibrio al final del desarrollo.
En el modelo que vamos a describir, la rigidez de las respuestas comportamentales resulta de diferentes mecanisnmos que describiremos bajo el término de procesos patológicos elementales y se expresa bajo distintas fomas clínicas que corresponden a niveles de morbidez variable y que calificaremos de estados patológicos elementales. Procesos patológicos y estados patológicos elementales se desarrollan más o menos en sinergía y contribuyen entonces a la génesis de las afecciones comportamentales que serán estudiadas en las diferentes exposiones que seguirán.
I. LOS PROCESOS PATOLOGICOS ELEMENTALES
Se trata de mecanismos cuya acción va a modificar al mismo tiempo la naturaleza de las respuestas comportamentales, pero también los elementos de regulación de estas, trátese de las estructuras cognitivas o emocionales. En la mayoría de los casos, estos procesos corresponden a fenómenos que juegan un importante papel en las estrategias de adaptación. Pero, en desregulacion, van a contribuir para que el animal pierda sus capacidades de adaptación provocando una rigidez comportamental.
Procesos patológicos sico-comportamentales:
La sensibilización
La repetición de los contactos con un estímulo precedentemente desconocido puede propducir dos tipos de evolución de las respuestas comportamentales. En un caso, el animal presenta una reducción progresiva de la duración y de la amplitud de la respuesta de temor y acaba por ya no reaccionar ante nada: es la costumbre. En el otro caso, en cambio, asistimos a un aumento progresivo de la respuesta de temor que va a tender en fijarse: es el fenómeno de sensibilización. Esta teoría dualista., por caricaturesca que parezca en ocasiones en su formulación original nos parece a pesar de todo interesante para dar cuenta de los fenómenos que observaremos en la clínica.
Para que el costumbrismo se desarrollo, parece ser que diferentes factores deben ser reunidos:
– el estímulo desconocido es al principio de baja intensidad
– el animal puede libremente sustraerse al contacto del estímulo
– los contactos con el estímulo son regularmente repetidos
Cuando estas condiciones no se cumplen, es el proceso de sensibilización el que se desarrollará. Parece ser en efecto que las modificaciones fisiológicas que acompañan al estado de temor pueden favorecer la sensibilización cuando son particularmente intensas. El mecanismo de bio-feed-back será un factor entonces de orientación muy importante. Tomando en cuenta la importancia de los factores propios al individuo, pero también los elementos de desestabilización emocional que resultan de la historia del animal, la probabilidad del desarrollo del constumbrismo o de la sensibilización no será solamente en función de factores externos (característicos del estímulus). Así, cualquier perturbación del desarrollo de la homeostasia sensorial favorecerá, aumentando la frecuencia de desencadenamiento de respuestas de temor, el desarrollo de la sensibilización. Es notablemente flagrante en el caso de los animales que se han desarrollado en medio de privación sensorial.
Sobre el plano funcional, la sensibilización es acompañada esencialmente por un aumento de la vigilancia y de la reactividad. Se observa entonces una mayor tendencia a huir, un aumento de la frecuencia cardiaca y en ocasiones temblores. Estas perturbaciones son inhibidas por drogas capaces de bloquear la transmisión noradrenérgica. Es entonces lógico asociar sensibilización y afectación del sistema noradrenérgico. Sin embargo, otros sistemas están evidentemente en causa.
La sensibilización es el proceso patológico que concluye, cuando está solo en causa, a la constitución de un estado fóbico.
La anticipación emocional:
Se trata de un proceso que se asocia con frecuencia con la sensibilización. El proceso de anticipación emocional finaliza con desencadenar respuestas comportamentales, características del estado de temor, aún antes de que el estímulo sensibilizante este presente. De hecho, el perro va a reaccionar a estímulos que han acompañado con frecuencia la aparición del estímulo sensibilizante. Se llega entonces a la existencia de varios estímulos sensibilizantes, lo cual nos ha conducido en el pasado a hablar de fenómeno de generalización. Este fenómeno es particularmente evidente en la evolución de las fobias, está en el origen del paso del estadío de fobia simple al de fobia compleja. También, en la ansiedad de separación, el perro, que inicialmente no reaccionaba más que cuando sus amos lo dejaban, va a contestar más pronto. Comienza a agitarse cuando sus amos se acercan a la puerta, cuando se visten y termina por mostrarse inquieto incluso cuando se levantan en la mañana.
Parece ser efectivamente que el proceso de anticipación aparece únicamente en un contexto de hipervigilancia. Esto explica sin lugar a dudas su relación con el proceso de sensibilización. Uno de los primeros signos del desarrollo de la anticipación es un aumento del comportamiento exploratorio. Parece ir a la par con manifestaciones digestivas (vómito, heces blandas o diarreas ricas en moco) como lo muestran las observaciones que hemos realizado. Estas manifestaciones orgánicas y comportamentales son inhibidas mediante drogas capaces de ocupar los receptores dopaminérgicos.
La anticipación es el proceso que permite el paso de la fobia simple a la fobia compleja.
La inhibición
Se pede definir como un proceso antagonista de la excitación que asegura la protección de las neuronas (GIURGEA 1982). En efecto, en ausencia de inhibición, las neuronas, sometidas a los múltiples estímulos internos y externos, padecerían la excitación al ritmo de varias centenas de veces por segundo, lo que concluiría en un estado epiléptico permanente. Es decir la importancia de la inhibición para mantener el equilibrio del organismo.
La inhibición posee una segunda característica importante, en condiciones normales, es un proceso espontáneamente reversible. De hecho se trata de un mecanismo regulador que interviene para el control de todos los actos de una secuencia comportamental. Este posibilita la armonización entre los distintos actos de una secuencia, limita su duración y su intensidad. En efecto, aunque descrita a proposito de la regulación de las respuestas neurovegetativas, la inhibición interviene también en el control de la motricidad voluntaria. Por intermedio de ella cada acto ve su ejecución controlada, o después de informaciones sensoriales que le dan la señal de parar (paro de la fase de consumo), o en respuesta a estímulos endógenos. Podemos decir que la inhibición es un fenómeno clave de la socialización.
Varios tipos de mecanismos neuro-bioquímicos pueden invocarse para explicar el fenómeno de inhibición. Conocemos a los neuromediadores estrictamente inhibidores como el ácido gamma-amino-butírico (GABA) o la glicina. El GABA no está implicado únicamente en la inhibición de la respuesta motora, ejerce también un control sobre las neuronas serotoninérgicas y actuaría, por esta vía, como un elemento de control de algunos comportamientos de agresión. La serotonina en si tiene una acción inhibidora sobre las estructuras dopaminérgicas y participaría de esta manera sobre el control social pero podría estar implicada en los fenómenos de inhibición que acompañan algunos estados de ansiedad.
La inhibición es, como lo hemos dicho, un mecanismo reversible, de adaptación. La perdida de esta característica marca el paso a la inhibición patológica. En este caso, el efecto inhibidor persiste de un estímulo a otro, cualquiera sea el lapso de tiempo que los separa, imposibilitando la producción de respuestas comportamentales de adaptación. La inhibición patológica ha entonces perdido todo valor de adaptación.
La inhibición es uno de los componentes de los estados de ansiedad de tipo ansiedad
permanente.
La instrumentalización – proceso
Se trata de un proceso de desorganización y de rigidez de una o de varias secuencias comportamentales que resulta de un aprendizaje de tipo condicionamiento operativo. Numerosos comportamientos pueden ser afectados, es con frecuencia el caso para secuencias de agresión, pero se observan también instrumentalizaciones de los comportamientos alimenticios o dípsico. ..
Si tomamos el caso muy clásico de la agresión jerárquica, sabemos que los animales que viven en una familia que les da, en muchas ocasiones involuntariamente, prerrogativas de dominante van a presentar episodios agresivos desencadenados por cualquier situación que cuestiona su posición jerárquica. En un primer tiempo, la secuencia de agresión es "completa", es decir que encontramos las tres fases que la componen en todos los perros normosocializados: una fase de intimidación, una fase de mordida, una fase de apaciguamiento. Cuando estos enfrentamientos se repiten, sin que la organización del sistema de relación entre el animal y el hombre se modifique, el perro va a presentar una modificación progresiva de su secuencia de agresión. Es la fuga de los amos después de la mordida la que va a constituir el elemento reforzador indispensable al desarrollo de un condicionamiento operante. Progresivamente veremos disminuir la duración de la fase de apaciguamiento, mientras que las mordidas acaban siendo más largas y fuertes. Posteriormente, el apaciguamiento habiendo desaparecido por completo, es la fase de intimidación a su vez la que esta alterada. Acaba siendo pronto síndrome del principio de la mordida, antes de ser por completo suprimida. Llegamos así a un comportamiento totalmente desregulado.
La instrumentalización está en el origen de la automatización y en consecuencia de la rigidez de los comportamientos observados en la instrumentalización-estado.