Los requerimientos nutritivos del gato son diferentes a los del perro, los gatos no son “perros pequeños”, por ejemplo: ellos requieren niveles más altos de proteínas
que los perros, los gatos deben tener incorporado un aminoácido llamado taurina en su dieta; los perros no necesitan ese aminoácido en la dieta porque su organismo lo sintetiza, proceso que no ocurre en los gatos.
Un gato que se alimenta con una dieta deficiente en taurina puede desarrollar una enfermedad grave del corazón y otros problemas de salud, actualmente casi todas los alimentos balanceados para gatos contienen el agregado del aminoácido taurina.
Los gatos requieren una concentración mayor de Vitamina A en la dieta, los perros pueden metabolizar el beta-caroteno como una fuente de Vitamina A, y los gatos no pueden hacerlo.
Los gatos no pueden sintetizar un ácido graso llamado araquidónico y debe estar complementado en su dieta; para los perros no es esencial tener este ácido graso en su dieta.
Así que, si a un gato se le permite comer una cantidad significante de comida del perro, estaría comiendo una dieta deficiente en muchos de los nutrientes requeridos para un metabolismo normal.
Para la salud del minino, hay que estar seguro si está comiendo una dieta equilibrada o un alimento balanceado premium de alta calidad (recomendado).