El clínico trabaja con los propietarios para un fin preciso: alcanzar un cierto número de objetivos para la próxima visita vacunal; estos objetivos siendo elegidos en función del nivel de desarrollo comportamental del cachorro y de los imperativos impuestos por la vida en una familia humana.
Así, en la primera consulta vacunal, tres objetivos son fijados:
– el control del desarrollo sicomotor
– la adquisición de la limpieza
– la socialización con otras especies
El control del desarrollo sicomotor
Antes de entrar en materia con propietarios novatos en educación canina, es en ocasiones necesario recordar brevemente como podemos comunicar con el animal insistiendo sobre lo que representa realmente un castigo o una recompensa en sentido canino. Parece tan importante depurar lo verdadero de lo falso por las múltiples creencias que reinan alrededor del perro (es el ejemplo entre otro de la mano que no puede corregir pero solo acariciar).
Como le hemos señalado con anterioridad, la constitución del banco de datos con la finalidad de crear un estado de homeostasia sensorial satisfactorio requiere de una consulta posterior. Por ello es indispensable para el nuevo propietario, pasear a este cachorro en todos los medios ricos en estímulos diversos donde es susceptible de ir más tarde (campo, ciudad, mercados, etc.). Estas salidas debe ser efectuadas lo más pronto posible sin esperar que el protocolo vacunal esté terminado. En efecto, esto implicaría que el cachorro esté encerrado hasta la edad de 4-5 meses, lo cual, sobre el plano comportamental representa una herejía.
Pero la homeostasia sensorial no puede realizarse plenamente sin la adquisición de una regulación motora. Esta es ya realizada por la madre quién modera la agresividad de los cachorros pero este trabajo debe ser sostenido por los nuevos propietarios.
Se aconseja no tolerar:
– los juegos de jalar la ropa que trae uno o tejidos
– los juegos de tracción reciproco sin control de la excitación del perro
– los mordiscos de las manos o de cualquier otra parte del cuerpo.
Pero el juego sigue siendo un suceso importante para el desarrollo del cachorro y es deseable que el amo reproduzca el comportamiento moderador de la madre corrigiendo al cachorro cuando la mordida es dolorosa.
Si este aprendizaje no se establece por parte de los nuevos propietarios, esto puede conllevar a :
– una posición inadecuada en la jerarquía del cachorro generadora de trastornos sociales a futuro y en consecuencia generadora de la agresividad
– una ausencia de control de la intensidad de la mordida y el riesgo a futuro de mordidas intensas, en interacciones jerárquicas por ejemplo. Además, no serán fácilmente inhibidas por las posturas de sumisión del adversario; este adversario puede ser un individuo de la misma especie o el amo.
Es relativamente fácil detectar este defecto de adquisición de los auto-controles en la consulta ya que los propietarios de este género de perros tienen generalmente los brazos o las manos cubiertos de marcas. Es en ocasiones difícil entonces hacerles entender la importancia de este fenómeno ya que las mordidas no son aún demasiado dolorosas, pero este aprendizaje es una de las metas que el propietario deberá imperativamente alcanzar en la segunda vacunación si desea anudar una relación afectiva agradable con su compañero.
La socialización interespecífica
Sabemos que la socialización interespecífica es un fenómeno espontáneo hasta las 12 semanas en promedio. Pero,
al no poder generalizarse a todos los individuos de una especie dada (para el caso presente, a la especie humana), es necesario presentar al joven animal todos los tipos de personas que podrá encontrar a lo largo de su vida. Por ello los mercados, las estaciones de trenes o camiones y los centros de reunión de personas en general son ideales para realizar esta socialización. Pero no olvidemos que es la presencia interactiva de diferentes tipos humanos hasta las 12 semanas las que favorecen la generalización de la socialización a la especie humana.
Observemos que el cachorro es susceptible de convivir con otros animales de compañía. Si tal es el caso, es interesante realizar una socialización particular hacia las diferentes especies. También es la presencia interactiva de otros animales que conlleva una socialización interespecífica y un apego que se opone al comportamiento de predación. Recordemos que esta socialización requiere un refuerzo permanente para evitar una desocialización. Este refuerzo continuo deberá estar presente en el espíritu de los propietarios si tienen como proyecto modificar la estructura familiar (llegada de un niño por ejemplo).
La adquisición de la limpieza
Por razones obvias, este objetivo interesa muy a menudo mucho más a los propietarios y puede en ocasiones ser un motivo de consulta.
A la edad de dos meses el cachorro es limpio en el sentido "canino" del término. En efecto, orina y defeca fuera del nido, es decir el lugar donde duerme, lo que le ha enseñado su madre (salvo en caso de patología grave). Pero la limpieza que esperamos del perro, es decir sus necesidades fuera de la casa, es algo que ignora por completo y que vamos a tener que enseñarle. Es en consecuencia importante hacerles entender a los propietarios que el cachorro puede aprender donde debe hacer sus necesidades pero le es difícil retenerse por largo tiempo.
Una ficha con lo que hay que hacer y no hacer ha sido realizada (en anexo).
En la segunda consulta vacunal, dos etapas del programa deben alcanzarse: la adquisición de la mordida inhibida y la socialización interespecífica.
LA SEGUNDA CONSULTA VACUNAL
En esta segunda visita el cachorro tiene cerca de tres meses.
Después de haber adquirido los auto-controles necesarios a la vida en jauría, el cachorro debe aprender (o más bien continuar a aprender lo que su madre le había al principio enseñado) las reglas jerárquicas inherentes a la vida en "sociedad". La familia de los propietarios constituye para el cachorro una nueva jauría en la cual debe encontrar su lugar. Por esta razón uno de los objetivos de esta consulta es evitar los trastornos de conductas sociales ayudando a los amos a insertar jerárquicamente al cachorro en el seno de la familia-jauria. Esta consulta al desarrollarse durante el período pre-pubertario, es necesario explicar a los propietarios como abordar esta fase del desarrollo y en particular como provocar el desapego.
Los dos objetivos a identificar en esta consulta serán :
– la inserción jerárquica
– el desapego
Pero es útil también dar consejos que tengan que ver con la educación de base, lo que facilitará las relaciones entre el cachorro y los amos y que son también en ocasiones motivos de consulta. Se trata de la llamada y del paseo con cadena.
La inserción jerárquica
La jerarquía siendo necesaria a la supervivencia de la jauría, el cachorro debe encontrar su lugar dentro de su nueva familia-jauría-humana". No es extraño encontrar en clientela gentes que "habitan con su perro". Pero muy a menudo la situación es "desagradable" ya que los propietarios, por ignorancia, al no respetar la jerarquía canina, se encuentran corregidos, entonces mordidos por su perro. Es preferible, para el equilibrio de la familia, que el lugar del perro sea el de un dominado.
Como sabemos la jerarquía canina se establece alrededor de tres actos principales: la ingesta de alimentos, la gestión del espacio y la sexualidad.
Para la ingesta de comida hemos elaborado una ficha que resume lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer; esta ficha es para posicionarse como un simple apoyo del discurso del clínico.
Para la gestión del espacio recordemos simplemente que el lugar de reposo de los dominantes le está formalmente prohibido al dominado y que el campo de aislamiento del perro se encuentra más o menos confundido con su campo de agresión; está indicado entonces no manipular al animal cuando esta en él.
En cuanto al control de la sexualidad, recordemos que si el perro se percibe dominante, va a tratar de ocupar la cama de sus amos y sacar a su competidor directo. Así, no es raro encontrar propietarios quiénes, para acostarse, deben instaurar todo un protocolo, cuando no han abandonado su cama a su perro para dormir sobre el canapé. Podemos imaginar con facilidad el peligro que puede representar esta situación en función del tamaño del perro.
El desapego
Sabemos que el desapego puede ser definido como la ruptura del lazo de apego uniendo a la madre con sus cachorros, presentándose durante el período de transición. Esta ruptura es necesaria para la integración jerárquica del perro como adulto. En la jauría en estado salvaje, el adolescente es rechazado de las zonas de ocupación de los dominantes. Debe esperar señales de su madre autorizándole acercarse de ella sino lo rechaza enérgicamente.
Para un buen equilibrio y relaciones sanas en su familia humana el cachorro de tener la capacidad de adoptar este comportamiento. En efecto, en su nueva familia adoptiva, el perro joven va a recrear un lazo de apego con un miembro de esta familia. Así, a la pubertad para los machos, un poco más tarde para las hembras, es imperativo que la persona con la cual el cachorro ha recreado un lazo de apego efectúe este desapego.
El no respeto de la "jerarquización-satelización" de los perros adolescentes engendra su elevación jerárquica, es decir un acceso a privilegios de dominantes. La relación con el propietario entra entonces en un sistema de comunicación ambivalente constituido de dobles mensajes contrarios : exigencia (dominancia) – tolerancia (sumisión). Este desequilibrio favorece la emisión de actitudes agresivas competitivas en el origen de una sociopatía hombre-perro o de comportamientos de sustitución (en ocasiones auto-centrados). Además del problema jerárquico, la no-ruptura del lazo de apego puede conllevar a un estado de hiper-apego.
Para facilitar el desapego, los propietarios deberán cuidar de no instaurar rituales de salida y de retorno en sus ausencias.
Estos comportamientos por completo anormales, y las manifestaciones de inquietud emitidas por los amos (recordemos que el perro es muy receptivo a las señales de comunicación no verbal), van literalmente poner al perro en estado de alerta y en un estado de tensión emocional extremo lo cual explica ampliamente su comportamiento a futuro.
Esta segunda consulta vacunal siendo en general la última antes de la revacunación anual, parece interesante poder verificar si estos diferentes objetivos han sido efectivamente alcanzados en los alrededores de la pubertad. La edad de la pubertad es distinta en función de razas, la visita control puede resultar necesaria antes de la revacunación anual. Por esta razón sugerimos una visita de control "comportamental" suplementaria para las razas que alcanzan la pubertad antes de los quince meses, edad a la cual la revacunación anual es en general efectuada.
LA CONSULTA PUBERTARIA
Esta consulta pubertaria tiene por objeto verificar si los objetivos que nos hemos fijado en las visitas vacunales son alcanzados.
Para esta consulta en particular, el clínico se pegará no solamente a la anamnesis dada por el propietario pero también a su percepción del estado comportamental del animal. Hemos elaborado una tabla en la cual enlistamos las diferentes señales de llamada que nos permiten sospechar un trastorno del comportamiento.
Las informaciones que el clínico puede recoger son de tres tipos.
En primer lugar, cuando el veterinario hace entrar a los clientes en la sala de consulta puede efectuar un examen visual a distancia observando como se comporta el animal: su andar, su comportamiento exploratorio…
Posteriormente al examen visual de cerca, otras informaciones pueden detectarse: el estado de las manos de los propietarios, las llagas de lamido, su curva respiratoria… En fin, es al discutir con los propietarios y explorando los distintos comportamientos centrípetos y centrífugos que la consulta será completa. Si presunciones aparecen durante la consulta el clínico orientará entonces sus preguntas para confirmar su sospecha. Si los trastornos son poco avanzados, podrá durante esta visita pubertaria recuperar la situación recordando algunos puntos sobre los cuales los propietarios no han tenido éxito. En caso contrario, cuando los trastornos resultan ser más profundos será bueno pensar en una consulta especializada.
Examen visual a distancia
descripción
sospecha
preguntas
Andar
muy vivo
HS-HA
mordida inhibida
lenta, flexionada
D.D.P.
– facies
– cpt. Alimenticio
– cpt lúdico
largo de las paredes
síndrome de privación
estadío 1
fobias
movimientos estereotipados
– vueltas alrededor
de la cola
– balanceo
afecciones graves
consulta especializada
Examen visual
de cerca
llaga de lamido
– patas
– cola
– cuerpo (flanco)
– D.D.P.
– síndrome de privación
estadío 2 o 3
– cpt exploratorio
– cpt. Lúdico
– sueño
– desaseo
Manos de los propietarios
mordidas, rasguños
HS-HA
– mordida inhibida
– actividad motora
Dissocialización primaria
comportamiento ladrón
INFORMACIONES
ORALES
comportamiento alimenticio
comportamiento
bulímico (raro)
HS-HA
actividad motora
comportamiento
inhibido (ingesta de
comida breve y nocturna
Estado de ansiedad
ver depresivo
– D.D.P.
– síndrome de privación
estadío 2 o 3
cpt. exploratorio
– cpt. lúdico
– cpt. alimenticio
– sueño
– desaseo
comportamiento
de ladrón
Dissocialización
primaria
mordida inhibida
comportamiento
dipsíco
potomanía
– D.D.P.
– Síndrome de privación
estadío 2 o 3
– cpt. Exploratorio
– cpt. Lúdico
– cpt. Alimenticio
– sueño
– desaseo
comportamiento
de eliminación
Micciones y defecaciones
de regreso
síndrome de privación
estadío 1
fobia
Aleatorio
mal aprendizaje
métodos de educación
comportamiento lúdico
muy agitado
HS-HA
mordida inhibida
inexistente
(demasiado tranquilo)
D.D.P.
– c.p.t. exploratorio
– cpt. Lúdico
– cpt. Alimenticio
– sueño
– desaseo
imposibilidad de
interactuar con los demás
perros
Dissocialización
primaria
mordida inhibida
sueño
reducción
– D.D.P.
– síndrome de privación
estadío 2 o 3
– cpt. Exploratorio
– cpt. Lúdico
– cpt. Alimenticio
– sueño
– desaseo
agresiones
por irritación
jerárquica
territorial
por miedo
– Estados álgicos
– Sociopatía
– Dissocialización
primaria
– síndrome de privación
estadío 1
sitio de descanso
distribución de la comida
comportamiento sexual
mordida inhibida
fobias