Introducción
La hidrocefalia puede ocurrir como una condición congénita o como resultado de un traumatismo o un tumor cerebral.
Esta patología es una afección en la que se encuentra exceso de líquido dentro y alrededor del cerebro.
El organismo puede formar demasiado líquido o, como ocurre en la mayoría de los casos, el líquido que se produce no puede drenar del sistema nervioso central como lo hace normalmente.
Dentro del cerebro hay espacios llenos de líquido llamados ventrículos. En un perro hidrocefálico, los ventrículos se llenan de demasiado líquido. Se inflaman y el aumento de presión daña y/o detiene el desarrollo del tejido nervioso.
Las razas toy como el Maltés, el Yorkshire terrier, el Pomerania y el Chihuahua se observa con más frecuencia este trastorno que en otras razas o perros mestizos.
Sintomatología
Por lo general, la hidrocefalia se diagnostica por primera vez cuando el perro es cachorro, generalmente menos de cuatro meses de edad.
La cabeza adquiere una apariencia de cúpula y los huesos del cráneo en la parte superior no logran cerrarse.
Se puede notar un punto blando en la parte superior . Esto se denomina “fontanela abierta”.
El perro afectado puede estar ciego, tener convulsiones o tener un andar alterado.
Los cachorros con esta patología suelen estar aletargados, no juegan y tienen una capacidad limitada para aprender.
Tratamiento
La mayoría de los casos no reciben tratamiento. Se puede consultar a neurólogos veterinarios y ocasionalmente se puede drenar el exceso de líquido.
A veces se intenta un tratamiento de por vida con prednisona y diurético.
Sin embargo, con cirugía o tratamiento médico, el perro rara vez vivirá una vida normal.
El tratamiento suele ser infructuoso y costoso. La hidrocefalia es una enfermedad congénita y los perros con esta enfermedad deben eliminarse de cualquier programa de reproducción.
Pronóstico
El perro hidrocefálico suele tener una vida útil muy limitada. La gravedad difiere, pero pocos animales con este trastorno viven más de dos años.