Las vacunas permiten inmunizar al gato contra enfermedades graves, a menudo incurables. Son aplicadas por el Médico Veterinario, tras un examen general del animal, y se anotan en la libreta sanitaria entregada por el profesional al propietario. Aparte se expide un certificado si el gato ha sido vacunado con la antirrábica.
La vacunación permite al animal desarrollar anticuerpos específicos, dirigidos contra la bacteria o el virus causante de la enfermedad.
La vacuna contiene agentes similares a aquellos que provocan la enfermedad, que pueden estar muertos (vacuna a virus muerto), pero con propiedades para estimular una reacción inmunológica (protectora) o vivos (vacuna a virus vivos atenuados), pero inocua en cuanto a estereotipo distinto o únicamente modificado. Las vacunas son indispensables, a lo largo de la vida del gato, para el mantenimiento en la sangre de una tasa de anticuerpos protectores.
El plan de vacunas a seguir, la modalidad y los tiempos de su ejecución serán establecidos en cada caso por el Médico Veterinario, que al realizar un buen calendario de vacunación deberá tener en cuenta la edad del animal, su estado de salud y por lo tanto el tipo de vacuna a utilizar.
En general, es preciso empezar las vacunaciones a partir de las ocho semanas de edad y continuar durante toda la vida del animal. Un gato adulto vacunado contra panleucopenia, rinotraqueitis, calicivirosis, clamidiosis y la rabia debe ser revacunado cada año. Del mismo modo debe procederse con respecto a la leucemia y desparasitar con cada vacunación y cada 4 meses.
El plan sanitario se inicia a las 8 semanas con la vacuna contra la panleucopenia, rinotraqueitis, calicivirosis y clamidiosis, a las 12 semanas el refuerzo de la cuádruple y luego un refuerzo anual, a las 16 semanas la vacuna contra la leucemia felina, a las 20 semanas el refuerzo y luego anual, a las 24 semanas (6 meses) la vacuna de rabia y luego refuerzo anual.
Recordar que se desparasitará con cada vacunación y cada 4 meses.
Hay que destacar que cada plan de vacunación variará según la infección del lugar, características y estado sanitario del animal y el criterio profesional del M+edico Veterinario.