Introducción
La osteocondrosis disecante (OCD) en perros es una afección ortopédica que afecta las articulaciones, especialmente en razas grandes y de rápido crecimiento.
En cualquier articulación del cuerpo se produce la unión de dos huesos y existe un movimiento entre ellos, esto sucede gracias a la presencia de un cartílago suave que cubre sus superficies.
Actúa como un almohadilla y protege el hueso subyacente. Si algo altera esta delicada capa articular, el movimiento de la articulación se vuelve doloroso.
En un perro con OCD, el cartílago está dañado o crece de forma anormal. En lugar de quedar adherido al hueso que recubre, se separa o se agrieta, provocando un gran dolor.
En algunos casos, pequeños trozos de cartílago se desprenden y flotan libremente en la articulación. Estos trozos de cartílago no mueren, sino que continúan creciendo y aumentando de tamaño. Estos se conocen como “ratones articulados”.
Estos fragmentos pueden causar dolor, inflamación y bloqueo en la articulación.
Aproximadamente el 15% de todos los perros desarrollarán OCD.
Animales susceptibles a esta patología
La OCD es principalmente un trastorno en perros de razas grandes o gigantes.
Se ha informado en perros y gatos pequeños, aunque no es muy común. Afecta a los perros machos de 2 a 5 veces más frecuentemente que a las hembras, probablemente debido al mayor tamaño de los machos y al aumento de la tensión en la articulación.
Generalmente ocurre cuando el animal tiene entre 4 y 8 meses de edad, aunque puede aparecer en perros mayores.
Las razas que que tienen una mayor incidencia de la enfermedad, incluidas son el Golden retriever, Labrador retriever, Ovejero Alemán, Rottweiler, Boxer y Setter irlandés. Estas razas suelen ser más propensas debido a su tamaño y crecimiento rápido, lo que puede afectar el desarrollo del cartílago en las articulaciones.
Y otras razas, aunque son grandes, esta patología no tiene tanta manifestación como el Dobermann, el Collie y Husky siberiano,
Etiología (causas)
Se considera que la causa es multifactorial. Se cree que existen varios factores que contribuyen a la formación de las lesiones, incluidos traumatismos en la articulación, factores hereditarios, crecimiento rápido, flujo sanguíneo restringido al cartílago y nutrición.
El trastorno, ya sea crónico o agudo, puede contribuir a la formación de la patología. La lesión de la superficie del cartílago puede provocar la separación de éste con el hueso o provocar una disminución en el suministro de sangre que conduce a la formación de un colgajo de cartílago.
Parece que existe un vínculo genético entre padres e hijos y la presentación de la enfermedad.
Ciertas razas y líneas genéticas tienen muchas más probabilidades de desarrollar este trastorno. Se recomienda realizar un examen cuidadoso de los padres durante la selección de todos los reproductores.
Puede ocurrir durante períodos de veloz crecimiento. Por lo tanto, se ha sugerido que la nutrición que genera un desarrollo rápido puede conducir a un aumento en la incidencia de esta afección.
Se ha recomendado que los animales susceptibles a la enfermedad reciban una dieta baja en proteínas y grasas, o que se les alimente de manera limitada para permitir un crecimiento constante y uniforme durante el primer año de vida.
Esta teoría puede tener ventajas, pero es necesario realizar estudios más específicos antes de poder hacer recomendaciones generales.
Sintomatología
Los síntomas son renguera en la extremidad afectada. Algunos perros tienen una cojera apenas perceptible y otros no pueden soportar ningún peso sobre el miembro alterado.
La claudicación tiende a empeorar tras periodos de ejercicio y mejora tras el descanso. El setenta y cuatro por ciento de los casos de OCD ocurren en la articulación del hombro, el 11% en el codo y el 4% en el corvejón.
Cuando afecta el hombro delantero, se puede notar una zancada acortada de las extremidades anteriores debido a la renuencia a flexionar y extender la articulación del hombro.
En ocasiones, la enfermedad afectará a ambas extremidades simultáneamente y el perro puede mostrarse reacio a moverse.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la historia clínica, el examen físico y las radiografías (rayos X).
En el examen físico notamos dolor en las articulaciones. Por ejemplo, la mayoría de los perros sanos no muestran resistencia cuando la articulación del hombro está completamente flexionada y extendida.
Sin embargo, si tienen una lesión de OCD en el hombro, pueden resistirse a la manipulación del mismo e incluso gritar de dolor cuando se intenta hacerlo. Además, esta flexión y extensión de la articulación del hombro puede empeorar la dificultad para desplazarse.
Se toman radiografías de la articulación afectada para confirmar el diagnóstico. A menudo se seda al perro para que se pueda obtener una relajación total de la articulación.
Para comparar se toman varias vistas de la articulación alterada y de la articulación sana del otro lado.
Las separaciones del cartílago o de las articulaciones y la presencia de “ratones articulares” a menudo se identifican en las radiografías.
Si las radiografías no son confirmatorias pero aún se sospecha de Osteocondritis desecante, se pueden volver a tomar radiografías en 2 a 3 semanas.
Tratamiento
Actualmente existen dos tipos de tratamiento:
- Tratamiento médico conservador:
El tratamiento conservador puede estar indicado para perros que tienen síntomas leves tempranos de OCD o donde no se puede identificar una lesión específica en las radiografías.
El tratamiento consiste en reposo estricto durante 4 a 8 semanas. Se permite caminar con correa, pero no puede correr ni jugar.
Se indican antiinflamatorios y analgésicos como la aspirina tamponada o el carprofeno. (NO le dé aspirina a su gato a menos que se la recete su veterinario).
Además, se ha sugerido el uso de productos con glucosamina/condroitina , pero no hay estudios actuales que confirmen su uso beneficioso en esta enfermedad en particular.
El tratamiento puede ser difícil en cachorros jóvenes activos que aún pueden necesitar cirugía si los síntomas no mejoran. - Extirpación quirúrgica de la lesión
La cirugía está indicada en animales que presentan síntomas graves, en los casos en los que se identifican lesiones grandes en las radiografías o cuando los tratamientos conservadores fracasan.
La cirugía es muy sencilla. Se abre la articulación afectada y se retira el colgajo, el defecto o la articulación causante.
La cirugía tiene una tasa de éxito muy alta y la mayoría de los animales se recuperan completamente sin más problemas.
Prevención
La prevención consiste en una reproducción selectiva cuidadosa que evite el nacimiento de animales con antecedentes de OCD.
Los cachorros de razas grandes y gigantes no deben realizar actividades extenuantes, en particular ejercicios de salto.
Los alojamientos sobre superficies duras de hormigón se han relacionado con un aumento de las lesiones por OCD en los cerdos y también pueden contribuir a problemas en los perros.
También se recomienda proporcionar una buena dieta equilibrada que promueva incluso un crecimiento sostenido.
Actualmente existen en el mercado muchos alimentos para cachorros de razas grandes elaborados específicamente para ayudar a reducir la incidencia de problemas de malformación ósea.
Si bien no ha habido evidencia de que estas dietas realmente reduzcan la incidencia de esta enfermedad en comparación con otros alimentos comerciales para cachorros, estudios futuros podrían respaldar su uso.
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