Introducción
Las fístulas perianales son lesiones crónicas y progresivas que se producen alrededor del ano en los perros. Se forman úlceras profundas y drenantes, que son dolorosas. La enfermedad también puede denominarse “forunculosis anal”.
Etiología (Causas)
Se desconoce el origen exacto de estas fístulas, pero se cree que comienza como una inflamación de las glándulas sudoríparas y sebáceas dentro y alrededor del ano, seguida de una infección del área.
Se generan abscesos, maduran, eclosionan y luego drenan. La zona cálida y húmeda alrededor del ano e inferior de la cola, y la gran cantidad de microorganismos en el sector, crean un ambiente excelente para que las bacterias se multipliquen.
Riesgos de incidencia
Las fístulas perianales ocurren con mayor frecuencia en perros machos de mediana edad (5 a 8 años), pero pueden ocurrir en perros desde 1 año hasta 14 años.
Los ovejeros alemanes son particularmente propensos a esta enfermedad y, en un estudio, representaron el 84% de los perros diagnosticados.
Esto puede deberse a la mayor cantidad de glándulas en la zona perianal en comparación con otras razas, o a la forma en que se coloca y porta la cola.
Esta raza también son más susceptibles a sufrir enfermedades inmunomediadas , que pueden ser un componente que favorezca esta afección.
Otras razas que han sido reportadas con fístulas perianales incluyen Labrador Retrievers, Irish Setters, Old English Sheepdogs, Border collie, Bulldog, Cocker spaniels y mestizos.
Sintomatología
Un animal con fístulas perianales a menudo muerde o lame el área perianal con más frecuencia, o puede deslizar su área anal por el suelo (en “forma de trineo”).
Puede manifestar estreñimiento, diarrea o defecar con más frecuencia. También puede tener dificultad o manifestar dolor al realizar las deposiciones, hacer esfuerzo, tener incontinencia fecal (no puede controlar la evacuación) o tener sangre en las heces.
Se pueden observar úlceras y sangrado alrededor del área anal, así como también secreciones fétidas.
Las úlceras pueden ser muy pequeñas o tener varios centímetros de diámetro y extenderse hasta la cola. También pueden estar afectadas las glándulas anales y el tejido rectal.
Algunos perros se vuelven letárgicos, disminuye el apetito y empiezan a perder peso. Debido a la incomodidad y el dolor, los tutores pueden notar un cambio en el comportamiento del perro.
Incluso levantar la cola puede producir un dolor intenso. El área alrededor del ano puede volverse más oscura a medida que la piel crónicamente inflamada desarrolla más pigmento.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en el examen físico y los antecedentes. Puede ser necesaria la sedación para realizar un examen completo, ya que la patología suele ser muy dolorosa.
Las muestras de biopsia confirmarán el diagnóstico.
Tratamiento
Los tratamientos pueden ser conservadores o quirúrgicos.
Las afecciones leves se pueden tratar rasurando el pelo en la región anal, limpiando el área con una solución antiséptica y enjuagando con abundante agua (hidroterapia).
Para afecciones más graves, se ha demostrado que una combinación de ciclosporina oral y ketoconazol es eficaz para tratar estas fístulas.
El tratamiento suele durar entre 7 y 9 semanas. La mayoría de los perros mostrarán remisión con este tratamiento; sin embargo, la recurrencia es común después de suspender la terapia, especialmente en perros que tenían una afección moderada o grave.
También se ha intentado el tratamiento con cambios en la dieta y dosis altas de prednisona , sin embargo, no parece ser tan efectivo.
La intervención quirúrgico de las fístulas perianales puede resultar difícil debido a la gran cantidad de nervios y vasos sanguíneos de la zona.
Además, algunas de las úlceras son muy profundas. Se han utilizado procedimientos quirúrgicos que incluyen la extirpación del tejido afectado, criocirugía (congelación del tejido), cirugía láser, cauterización e incluso amputación de la cola.
Las complicaciones después de la cirugía incluyen incontinencia fecal y estenosis anal (cicatrización del área anal que dificulta la evacuación de las heces).
Pronóstico
Independientemente del tratamiento utilizado, cuanto antes se diagnostique y trate la patología, mejor será el resultado.
En la mayoría de los casos el pronóstico es moderado, entendiendo que la recurrencia es común. En los casos más graves y en los que implican cirugía, la incontinencia fecal es una preocupación importante.