La obesidad es la enfermedad nutricional más importante del gato de este fin de siglo. Se calcula que tienen tienen esta condición entre un 20 y 30 % de los gatos que viven como mascotas domésticas.
Según mis observaciones clínicas esta enfermedad tendrá un aumento sostenido en los próximos años debido a que se mantendrán e incrementarán las condiciones causales.
Básicamente esta enfermedad se produce por la combinación de tres factores:
- Vivir en departamentos, lo cual restringe la movilidad agravándose aún más con la castración. Como consecuencia el gato realiza muy poca pérdida de energía.
- La utilización de alimentos balanceados de alto valor energético y alta palatabilidad, produce un incremento en el consumo de los mismos.
- Mal manejo nutricional por parte del propietario, que en general suministra un exceso de alimento
Para entender a que llamamos obesidad vamos a empezar por definirla, se considera obeso al individuo que mantiene un sobrepeso de más del 20 o 30 % en relación al peso considerado normal.
En general tenemos que para las razas de tamaño medio la hembra pesa entre 3 y 4 kg. y el macho entre 4 y 5 kg., por lo tanto consideramos un gato obeso cuando la hembra está con más de 5 kg. y el macho con más de 6 kg. Obviamente esto no es aplicable para las razas pesadas.
Un concepto fundamental es entender que un gato obeso es un gato enfermo.
Esta condición reduce la calidad y cantidad de vida de nuestro gato, y se relaciona con muchas enfermedades como las enumeradas a continuación:
- Diabetes mellitus
- Enfermedades hepáticas ( lipidosis hepática)
- Predisposición al Síndrome Urológico Felino
- Alteraciones cardiocirculatorias
- Alteraciones articulares
- Mayor susceptibilidad a infecciones
- Alteraciones dermatológicas
- Dificultad respiratoria
- Predisposición al golpe de calor
- Trastornos reproductivos
- Mayor riesgo anestésico-quirúrgico
- Constipación
Es de hacer notar que si bien existen alteraciones endócrinas que podrían producir un cuadro clínico de obesidad, éstas no superan el 5% de los casos, por lo tanto la causa más importante de esta patología es un exceso de consumo de alimento.
Si bien la mayoría de los gatos autoregulan su consumo alimenticio parece que hay un porcentaje que es incapaz de hacerlo, o adquieren vicios de comportamiento que rompen esa regulación.
Es llamativo como la mayoría de los propietarios de gatos gordos no tienen conciencia de la enfermedad de su gato, inclusive muchos están orgullosos del hermoso gatazo que han logrado conseguir a fuerza de darles de comer prácticamente día y noche.
Muchas veces pasa que han malcriado tanto a sus gatos que los han transformado en poco menos que adictos a la comida, por lo cual el gato ya tiene un comportamiento patológico frente a la misma.
Estos son los gatos que reclaman comida gimiendo o agrediendo a su propietario, el cual inmediatamente cumple con los deseos del felino y no se da cuenta que le ha creado un reflejo condicionado donde el gato entiende que para comer tiene que gemir o agredir.
En mi experiencia el mayor problema para tratar la enfermedad es hacerle tomar conciencia de la misma al propietario del paciente, en general el gato que vive en un departamento no tiene el control del alimento, o sea que no se puede servir solo lo que quiere, sino que se lo debe servir su propietario, por lo tanto éste es el único responsable de la iniciación y mantenimiento de esta patología.
Tratamiento
El manejo de la obesidad se basa en fundamentalmente en una dieta restringida, ejercicio, cambios de comportamiento y en algunos casos medicación y cirugía.
El Médico Veterinario deberá realizar los análisis correspondientes para evaluar el estado de salud del gatito, y planificará el nivel de consumo de energía que consumirá a través del tiempo, y luego se harán los controles periódicos correspondientes, especialmente del peso corporal.
Hemos visto que mucha gente comienza por su cuenta a utilizar alimentos de tipo light o de bajas calorías, pero no logra que su gato pierda peso.
Esto ocurre porque en general el gato consume un nivel de energía que cubre las necesidades de mantenimiento, con lo cual no aumenta de peso, pero tampoco baja, o sea se mantiene estable, y en estos casos el objetivo es que pierda peso, por lo cual la cantidad de energía consumida debe ser inferior a la de mantenimiento, y además estos valores deben ser modificados semanalmente.
Un dato importante es que el gato no puede perder más del 1 o 2 % de su peso por semana, o sea un gato de 8 kg. no debe perder más de 160 gr. en la primer semana, por lo cual es necesario que sea controlado por su médico de cabecera.
Por último debemos tener en cuenta que la obesidad puede comenzar desde etapas muy tempranas de la vida.
Al igual que en el hombre el sobrepeso juvenil predispone a la obesidad en la etapa adulta, por lo tanto luego de los primeros meses de vida se debe controlar la cantidad de alimento que se suministra al gatito siguiendo las instrucciones del fabricante de alimento.
En el caso de observar un sobrepeso, consultar inmediatamente al Médico Veterinario.
Gentileza: Asociación Argentina de Medicina Felina
Autor: Dr. Rubén Mario Gatti