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Parasitarias Zoonosis

Dermatomicosis

Dermatomicosis en Perros y Gatos

Introducción

La dermatomicosis, más comúnmente conocida como “tiña” (del latín tinea, polilla o gusano ya que originalmente se pensó que estaban causadas por gusanos o por piojos).

Es una enfermedad de tipo parasitaria producida precisamente por varios tipos de hongos que afectan la piel de perros, gatos, otros animales y también al hombre (que también es un animal mamífero… aunque no suene muy bien!).

Las infecciones por hongos están causadas por levaduras o mohos microscópicos que viven en la piel, el pelo, o las uñas.

  • Microsporum canis (responsable de la mayoría de las micosis en gatos y del 80% de los perros.)
  • Microsporum gypseum (en muy pocos casos)
  • Trichophyton mentagrophytes ( 15% de los casos)
  • Candida albicans 
  • Malassezia pachydermatis

Como toda enfermedad se requieren dos condiciones para manifestarse:

1) La predisposición individual (en general, factores genéticos que se transmiten de generación en generación, las defensas inmunológicas y factores ambientales, que se relaciona con el hábitat de los hongos)
2) El contacto con el agente infeccioso que produce la enfermedad.

Afecta con mayor frecuencia a animales jóvenes debido a que tienen menor inmunidad, o a una falta de exposición previa. Se presenta con más frecuencia en climas cálidos y húmedos.

Lo mismo sucede con los niños, por consiguiente los jóvenes menores de 15 años y los adultos con las defensas inmunitarias bajas son propensos a contagiarse hongos del perro o del gato, por esta razón hay que evitar el contacto directo del animal enfermo con los niños hasta que se cure.

La lesión característica y mas frecuente en el perro y en el gato de una micosis por tiña es una zona de la piel en forma de medallón, donde se ha caído el pelo, en general en la región de la cabeza y extremidades y que no pica!!. Raramente encontramos costras salvo que tengamos una infección bacteriana secundario, cuya lesión le llamamos querion.

En ocasiones, estos parásitos acompañan a otras enfermedades de la piel que se tratarán con la medicación específica si llegaran a manifestarse.

Un pequeño número de hongos son capaces de causar enfermedades en el hombre, más en niños por la bajas defensas, en general, en el hombre causa una lesión roja redonda con centro claro que pica mucho!!!.

Diagnóstico

Es muy importante llagar al diagnóstico pues la identificación causal de la especie es determinante para elegir una terapia correcta. Debido al desarrollo de nuevos medicamentos es de suma importancia poder distinguir las diversas especies.

El Médico Veterinario puede utilizar:

  • Lámpara de Wood: Es una lámpara que posee una luz especial que resalta la fluorescencia que emiten algunas especies, que facilita la identificación, pero ojo! a no confiarse!! pues solo el 50% de las contaminaciones con M. canis dan positivo y también algunos polen emiten fluorescencia (que lio!!)
  • Examen microscópico: Observación con el microscopios las formas de reproducción y diseminación de los hongos como las esporas, conidios o al mismo hongo: hifas
  • Cultivo: es el diagnóstico de elección (más costoso y demora bastante tiempo, mínimo una semana).

Tratamiento

El tratamiento de un cachorro, si la lesiones son pocas y pequeñas, es local con tópicos (cremas o soluciones específicas) y baños.

Si las lesiones son extensas el tratamiento se basa en antimicóticos como la griseofulvina (es la droga de elección) u otros como el Ketokonazol, fluconazol, etc.

La dosis diaria se divide en dos tomas. El tratamiento tentativo se hace no menos de 4 semanas hasta 8 semanas. También se pueden utilizar Shampúes con iodopovidona o clorhexidina o Solución de tiabendazol al 13%.

En general los antimicóticos tienen varios efectos secundarios indeseables muchos son hepatotóxicos o pueden dar anorexia, vómitos y diarrea, por éstas razones es fundamental que los medicamentos indicados sean recetados por su Médico Veterinario.

RESUMIENDO:

Los hongos aparecen en el animal cuando éste se encuentra con las defensas bajas que permite el desarrollo del parásito, y el cual siempre está presente ya sea en el suelo o en otro animal sano pero que es portador sin que manifieste la enfermedad.

Un cachorro siempre corre el riesgo de contagiarse “hongos” y luego contagiarlo a los niños, por consiguiente hay que tratar que el cachorro tenga las defensas inmunológicas altas y desarrolladas lo más posible de acuerdo a su edad para que sea resistente a la dermatomicosis.

Se logra llevando un plan sanitario adecuado, como por ejemplo las vacunas al día, bien desparasitado y bien alimentado, evitando de esta manera, la manifestación de esta enfermedad y otras patologías asociadas a las bajas defensas inmunológicas.

Bibliografía

Autores: Dra. Adelaida (Ade) Goldman

Fuente Imagen:commons.wikimedia.org