La hidatidosis es una enfermedad producida por un parásito llamado Echinococcus granulosus y los huéspedes definitivos (son aquellos donde se hospeda el parásito adulto) son los perros domésticos y algunos cánidos silvestres.
Vive en el intestino delgado, mide de 3 a 6 mm de longitud, es un parásito “chato” (tenia) y su cuerpo tiene tres segmentos y en el último tiene varios cientos de huevos que se desintegra en el medio ambiente cuando es eliminado con las heces del perro.
Ciclo Biológico
Cada huevo contiene un embrión que debe ser ingerido por un huésped intermediario (es aquél donde se desarrolla la forma juvenil del parásito) y son ovinos, caprinos, bovinos, cerdos, equinos, camélidos (asiáticos y americanos), cérvidos y el hombre.
El embrión se libera en el intestino delgado de los huéspedes intermediarios, atraviesa la pared intestinal y es llevado por la corriente sanguínea a varios órganos, donde se desarrolla el estadio larval, hidátide o quiste hidatídico.
La localización más frecuente de estos quistes se halla en el hígado y pulmones, pero en ocasiones puede ubicarse en otros órganos (huesos, riñón, cerebro, etc.). El interior del quiste está lleno de líquido donde flotan unas vesículas prolígeras (que son el elemento infestante) que se las llama “arenilla hidatídica”.
El ciclo se completa cuando el perro u otro cánido ingiere vísceras con quistes hidatídicos que contienen quistes fértiles de un ovino o de otro huésped intermediario.
En el hombre las tasas de contagio más altas se registran en lugares ganaderos, principalmente en los de cría de ovinos.
En esencia se trata de una infestación del medio rural, aunque también ocurren casos en áreas urbanas.
Muchos quistes son asintomáticos durante toda la vida, pero en otros casos el quiste puede alcanzar un tamaño muy grande y contener varios litros de líquido, el gran peligro, a veces con riesgo de muerte, son las roturas de los quistes que pueden provocar una reacción alérgica (shock anafiláctico), también existe una diseminación del quiste con la formación de nuevos y numerosos quistes hidatídicos.
La principal sintomatología está dada por la presión que ejerce sobre los órganos afectados a medida que aumenta de tamaño.
Contagio en el hombre
El contagio en el hombre sucede cuando el perro se lame el ano y existen huevos en el mismo, que mediante la lengua disemina por todo su cuerpo, el hombre puede contaminarse las manos al tocar el animal.
El contacto cercano con el animal y las prácticas deficientes de higiene personal son factores importantes en el contagio del perro al hombre.
Otra fuente de infección importante pueden ser las verduras y el agua contaminadas con huevos del parásito.
Aunque la hidatidosis suele ser una enfermedad que afecta a la población rural, ocurren casos urbanos con frecuencia de la enfermedad cuando los perros son alimentados mediante vísceras crudas contaminadas con huevos del parásito.
Prevención
Como medidas de control debe tratarse de interrumpir el ciclo de transmisión en su punto más vulnerable, es decir del huésped intermediario al huésped definitivo
En teoría, esta medida sería muy sencilla y consistiría simplemente, en evitar el acceso de los perros a las vísceras de ganado infestado. Sin embargo tal medida implica un alto grado de conciencia y de responsabilidad en los pobladores rurales, difícil de alcanzar en las condiciones socioeconómicas de los países en desarrollo.
Medidas preventivas:
- No alimentar a los perros con vísceras (“achuras”) crudas.
- Desparasitar a los cachorros a los 15, 30, 45, 60, 75, 90 días del nacimiento y luego repetir cada 4 meses.
- Hacer análisis de materia fecal en forma periódica.
- Pasear al perro con collar y correa, para que no vagabundee
- Lavar muy bien los vegetales que son ingeridos crudos.
- Evitar que los niños se lleven tierra o arena a la boca.
- Lavarse bien las manos después de tocar el perro.
- Evitar que los niños sean lamidos en la boca por el perro.
- Medidas rigurosas de higiene y cuidados.
Teniendo en cuenta estas sugerencias y un poco de cuidado la posibilidad de infestación por es prácticamente muy baja, y tanto adultos como niños podrán disfrutar de su mascota sin ningún riesgo.
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