Introducción
La artritis reumatoide ocurre con mayor frecuencia en perros de razas pequeñas o toy, generalmente entre los 5 y 6 años de edad.
Es una enfermedad mediada por el sistema inmunológico. Esto significa que es causada por una reacción exagerada de este sistema.
El mecanismo de defensa tiene una reacción normal cuando el cuerpo identifica una proteína extraña, como las proteínas localizadas en la superficie de las bacterias.
Este material extraño que invoca la respuesta inmune se llama antígeno. El cuerpo puede reaccionar a este agente inusual produciendo moléculas de proteínas (anticuerpos) que se unen al antígeno.
La combinación del anticuerpo unido o unido al antígeno se llama complejo inmunológico.
En la artritis reumatoide, el organismo confunde parte de su propia proteína como algo extraño (autoinmunidad). Luego produce anticuerpos contra su propia proteína. Estos anticuerpos únicos se denominan colectivamente “factor reumatoide”.
Los anticuerpos y las proteínas forman complejos inmunes que luego se depositan en la articulación. Estos complejos desencadenan un proceso llamado inflamación, que es la forma en que el cuerpo reacciona ante una lesión.
En el caso de la artritis reumatoide, el organismo intenta deshacerse de los complejos inmunes dañinos, pero sólo logra causar más daño a la articulación. Entonces el proceso se perpetúa a sí mismo.
Con el tiempo, el cartílago e incluso el hueso de la articulación se desgastan.
Sintomatología
Un perro con artritis reumatoide generalmente tiene varias articulaciones afectadas (poliartritis). El animal suele estar cojo, pero no siempre. La cojera puede ser leve o muy grave hasta el punto de que el animal no pueda caminar.
A veces, la cojera pasa de una pierna a otra. En algunos casos, aparece repentinamente y el perro también presenta fiebre y pérdida de apetito.
En otras ocasiones, el único signo de artritis reumatoide es la rigidez.
Las articulaciones afectadas están inflamadas y dolorosas. Si la cojera persiste en el tiempo, es posible que haya pérdida de masa muscular en esa extremidad.
En algunos animales se verán afectados otros sistemas corporales además de las articulaciones.
Algunos perros con artritis reumatoide también tienen enfermedad renal, linfadenopatía, amigdalitis y neumonía.
Diagnóstico
La historia y el examen físico a menudo llevan al Médico Veterinario a sospechar de artritis reumatoide. Se toman radiografías (rayos X) que generalmente muestran la pérdida de hueso; el hueso a menudo parece como si le hubieran hecho agujeros.
Las superficies de las articulaciones suelen ser irregulares y a menudo se observan espolones óseos que se desprenden del hueso.
Se puede realizar un análisis de sangre especial para buscar el factor reumatoide. Desafortunadamente, el factor reumatoide a veces está presente en perros sin artritis reumatoide, y no todos los perros con artritis reumatoide dan positivo para el factor. (Un recordatorio de que la práctica de la medicina no es una ciencia exacta).
El líquido sinovial puede analizarse y muestra cambios característicos. Las células implicadas en la inflamación están presentes en grandes cantidades, el líquido suele tener una consistencia más fina de lo normal y, en lugar de ser transparente, el líquido es turbio.
Se pueden realizar biopsias de los tejidos dentro de la articulación y mostrar cambios característicos.
El Médico Veterinario utiliza la información de la historia, el examen físico y las pruebas para llegar a un diagnóstico correcto.
Tratamiento
Al igual que con los humanos, se han probado muchos tratamientos en perros, con distintos grados de éxito.
A menudo se utilizan fármacos antiinflamatorios como la aspirina tamponada.
En ocasiones se utilizan esteroides como la prednisolona, a menudo en días alternos.
En algunos casos se utilizan medicamentos que inhiben el sistema inmunológico, como la azatioprina y la ciclofosfamida.
Las inyecciones con sales de oro se han utilizado en perros con cierto éxito.
Es importante realizar un seguimiento cuidadoso de la mascota que toma medicamentos inmunosupresores.
Serán más propensos a desarrollar infecciones y algunos de estos medicamentos tienen efectos secundarios tóxicos.
Es importante el reposo estricto, especialmente al principio del curso de la enfermedad.
Si el perro responde al tratamiento se puede iniciar un programa de ejercicio suave.
Es importante hacer ejercicio todos los días durante la misma cantidad de tiempo.
El control del peso también es una parte muy importante del plan de tratamiento.
Las mascotas con sobrepeso ejercerán una presión excesiva sobre sus articulaciones ya lesionadas.
Es probable que aumente de peso ya que la mascota suele ser menos activa, por lo que es importante prestar especial atención a la dieta.
Algunos investigadores han sugerido que los suplementos de ácidos grasos pueden ayudar a reducir parte de la inflamación.
Pronóstico
En este punto, la artritis reumatoide no se puede curar.
La perspectiva a largo plazo para los perros con artritis reumatoide es tratar de controlar los signos y prevenir más lesiones en la articulación.
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